«No tienen moral»: La dura respuesta de Roosevelt Hernández a los oficiales retirados que pidieron su renuncia

«No tienen moral»: La dura respuesta de Roosevelt Hernández a los oficiales retirados que pidieron su renuncia

TEGUCIGALPA, HONDURAS
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Roosevelt Hernández, ha lanzado una fuerte arremetida contra altos oficiales en situación de retiro, amenazándolos con «sacar otras cosas» y defendiendo su propia moralidad, en respuesta al pedido de renuncia emitido por la organización Defensores de Honduras, integrada por dichos militares.

La intervención del general Hernández, difundida por el canal oficial de las Fuerzas Armadas, tuvo lugar mientras él se encontraba en una reunión con autoridades del Banco Central de Honduras. Simultáneamente, según sus palabras, los «jerarcas militares diz que en la honrosa situación de retiro» se reunían en un hotel capitalino para, presuntamente, orquestar la solicitud de su dimisión.

«Peligrosa Subordinación Política»

La organización Defensores de Honduras había expresado su profunda preocupación por lo que califican como una «peligrosa subordinación política» de las Fuerzas Armadas, exigiendo la destitución inmediata del general Hernández. Según el documento emitido por el organismo, esta postura rompe con el principio de apoliticismo que debe regir a la institución militar.

Entre las acciones que motivaron la alarma de los oficiales retirados, se mencionan el retraso injustificado de más de ocho horas en la entrega de maletas electorales durante las elecciones primarias del 9 de marzo de 2025, la presencia armada y sin invitación del jefe militar en una sesión oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE), y supuestas amenazas a directores de medios de comunicación y requerimientos a periodistas para revelar sus fuentes.

Cruce de Acusaciones y Lealtades

El general Hernández no titubeó en desafiar públicamente a los oficiales retirados, afirmando: «Estos ya no son militares y los conocemos y los puedo retar públicamente que hablemos de tú a tú en moral, ética». Criticó duramente a los exmilitares, indicando que «pelean con la institución» que, a su juicio, les brindó dignidad e incluso el derecho a las pensiones tras décadas de servicio y cotización en el Instituto de Previsión Militar.

Entre los exjefes castrenses a los que se refirió directamente, el general Hernández mencionó a Mario Raúl Hung Pacheco y Luis Alonso Maldonado. Del general Pacheco, señaló que se ha aprovechado de la institución castrense para fines proselitistas, lo cual «no es ser oficial retirado». A Maldonado lo calificó de «persona frustrada» que «anda con los que le arruinaron la carrera militar».

Los generales retirados, por su parte, han defendido su postura, aclarando que sus críticas no van dirigidas contra la institución armada, a la cual sirvieron por décadas y a la que mantienen su lealtad, sino contra la conducción actual del general Hernández. Sin embargo, este último insistió en que ninguno de los oficiales retirados tiene la moral y la ética necesarias para pedir su renuncia o destitución.

La escalada de tensión entre el actual jefe militar y los generales en retiro pone de manifiesto una profunda división dentro de las cúpulas castrenses hondureñas, abriendo interrogantes sobre el futuro de la institución y su papel en el panorama político del país.

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