Los cráneos que contaron la oscura verdad enterrada de los esclavos africanos en México

Los cráneos que contaron la oscura verdad enterrada de los esclavos africanos en México

La verdad de nuestro pasado a veces queda enterrada, otras veces negada o escondida, como un vergonzoso y oscuro episodio en la historia. Es lo que pudo ocurrir con tres hombres negros que fueron traídos de África subsahariana a lo que hoy es la Ciudad de México, y que una investigación recientemente publicada, ha arrojado a la luz lo que estos posibles esclavos sufrieron en vida.

¿Qué hacían estos sujetos en México?, ¿cómo llegaron?, ¿eran esclavos o en una especie de suerte fortuita lograron escapar y obtener su libertad? Parte de sus historias están labradas en su esqueletos y ahora han sido reveladas por un equipo de científicos y publicadas en la revista Current Biology, Barquera y otros colegas del Max Planck y de la Escuela Nacional de Antropología.

El estudio, se hizo por la Escuela Nacional de Antropología de México y el Instituto Max Planck de Alemania reveló que estos tres sujetos vivieron en la capital del país hace 500 años y su vida no fue nada fácil, tuvieron enfermedades, sobrevieron a disparos y las balas quedaron incrustadas en sus cuerpos, excesivo trabajo físico que les provocó hernias, además que padecieron hambre ya que tenían anemia.

Pudimos observar heridas de arma de fuego, objetos cortocontundentes, fracturas e inserciones musculares relacionadas con actividad física excesiva. En todos los casos, las lesiones mostraron regeneración ósea, por lo que sabemos que sobrevivieron a las heridas, y eso no fue lo que los mató”, detalló el investigador principal Rodrigo Barquera, antropólogo y estudiante de doctorado en el Max Planck, en la especialidad de Arqueogénetica al portal de El País.

Los investigadores dieron con el centro en lo que hoy es la estación de metro San Juan de Letrán, cerca del famoso mercado de comidas. En un artículo publicado al respecto en la revista Arqueología mexicana en 2013, la antropóloga Abigail Meza recordaba que allá encontraron restos de 600 cuerpos, enterrados cuando el hospital aún funcionabaAl menos 20 de esos 600, escribía la antropóloga, eran de raza negra. Esclavos llevados por los españoles.

En 2009, el antropólogo Rodrigo Barquera consiguió permiso para estudiar tres de esos 20 cuerpos. En el artículo que ahora publica Current Biology, Barquera y otros colegas del Max Planck y de la Escuela Nacional de Antropología de México arrojan algo de luz sobre la vida de esas tres personas. “Nos enfocamos en estos tres porque ellos presentan modificaciones dentales consistentes con las halladas en diversos grupos africanos”, explica Barquera.

En las imágenes de los tres cráneos, incisivos y caninos lucen afilados, como conos volteados. “Estas modificaciones dentales coinciden con casos registrados de esclavos y aún pueden verse en grupos poblacionales que habitan en el oeste de África”, dicen los investigadores en un comunicado.

Sobre el maltrato, Barquera añade que “las fracturas muestran que no hubo ningún intento por reposicionar el hueso en un solo eje y terminaron consolidadas de forma desfasada. Aunado al trabajo físico continuo, lo anterior causó afecciones a nivel lumbar”.

Además, los investigadores secuenciaron los genomas de un virus y una bacteria a partir de muestras tomadas de los dientes. Uno de los tres sufrió de hepatitis B. Y otro de pian, una enfermedad que desfigura y afecta a la movilidad.

Después de los resultados obtenidos, Barquera espera ahora que el INAH amplíe el permiso que les dio y les deje analizar el resto de cuerpos encontrados en aquel viejo hospital de Ciudad de México. “Ahora que tenemos datos y resultados podemos ofrecer con mayor certeza en futuros análisis”.

Los tres murieron cuando apenas tenían un poco más de 25 años de edad, pero aún falta mucho por descubrir.

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