Estudios revelan que el coronavirus podría alterar la microbiota del intestino y aumenta el riesgo de otras infecciones.

Estudios revelan que el coronavirus podría alterar la microbiota del intestino y aumenta el riesgo de otras infecciones.

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Desde el inicio de la emergencia por el coronavirus, se han reportado más de 627 millones de casos de personas con la enfermedad COVID-19. Más de 6,5 millones de personas han fallecido. Entre los recuperados, hay pacientes que quedan con diferentes secuelas. Un nuevo estudio científico realizado en los Estados Unidos permitió descubrir que el coronavirus puede alterar el microbioma de los pacientes. Es decir, hace que se reduzca las bacterias beneficiosas y aumenten las más peligrosas.

El microbioma es la comunidad de microorganismos (como hongos, bacterias y virus) que existe en un entorno determinado. En los seres humanos, incluye a los microorganismos que viven en o sobre una parte concreta del cuerpo, como la piel o el tracto gastrointestinal. Estos grupos de microorganismos son dinámicos y cambian en respuesta a diferentes factores ambientales, como el ejercicio, la dieta, la medicación y otras exposiciones.

Ahora, los investigadores de diferentes instituciones estadounidense encontraron que la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 puede reducir el número de especies bacterianas en el intestino de un paciente. Esa menor diversidad crea un ambiente favorable para que prosperen los microbios peligrosos, según publicaron en la revista Nature Communications.

El estudio se basa en la constatación de que el uso generalizado de antibióticos para combatir las infecciones ha posibilitado que sobrevivan más los individuos de especies de microorganismos más resistentes. Además, las alteraciones en las proporciones de las bacterias intestinales se han vinculado previamente a una COVID-19 más grave.

Sin embargo, según los investigadores, hasta ahora no estaba claro qué fue primero, si la infección por coronavirus que alteró el microbioma intestinal o un intestino ya debilitado que hizo al cuerpo más vulnerable al virus. El nuevo estudio parece favorecer la primera explicación.

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