El expresidente peruano Fujimori deja la clínica y vuelve a prisión

El expresidente peruano Fujimori deja la clínica y vuelve a prisión

El octogenario expresidente peruano Alberto Fujimori retornó este lunes a la prisión en Lima tras recibir el alta médica, luego de 11 días en una clínica por problemas cardíacos, informó su hija Keiko Fujimori.

«Mi padre fue dado de alta hoy (lunes) en la Clínica Centenario para seguir su tratamiento en el penal de Barbadillo. En el día fue llevado a la Clínica El Golf para el análisis del avance de su fibrosis pulmonar», indicó su hija en Twitter.

«Seguirá en estricta observación médica de sus dos dolencias principales: la fibrosis y la fibrilación auricular. Agradezco, en nombre de mis hermanos, su preocupación y les pedimos sus oraciones por su pronta recuperación», agregó la líder del opositor partido Fuerza Popular.

Fujimori, de 83 años, fue hospitalizado de emergencia el 3 de marzo, tras sufrir una crisis cardíaca en la base policial donde cumple desde 2007 una sentencia de 25 años de prisión por la muerte de 25 personas en dos matanzas.

Ambas masacres fueron perpetradas por un escuadrón de la muerte del ejército peruano en supuestas operaciones antiterroristas durante su gobierno (1990-2000).

De origen japonés, Fujimori se descompensó el 3 de marzo y fue llevado al centro de salud más cercano en ambulancia temiendo por su vida, según sus allegados. Luego se le trasladó a la unidad de cuidados intermedios de una clínica privada.

El jefe de gabinete del presidente Pedro Castillo, Aníbal Torres, señaló un día después que «el expresidente Fujimori es debidamente atendido» como el resto de los reclusos. Sin embargo, reiteró la posibilidad de trasladarlo a un penal común «cuando se sane» para acabar con lo que calificó como «cárcel dorada».

Fujimori padece recurrentemente de problemas respiratorios y neurológicos (parálisis facial) e hipertensión.

Su primogénita y heredera política afirmó en octubre pasado que los anuncios del gobierno de trasladar a una prisión común a su padre, como parte de una política de poner fin a los tratos privilegiados de algunos presos en «cárceles doradas», influía en el deterioro de la salud de su progenitor.

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