MÉXICO
A medida que avanzan las investigaciones, más detalles aterradores y perturbadores se revelan sobre el modus operandi de Miguel Cortés, feminicida serial de Iztacalco.
A medida que avanzan las investigaciones, más detalles aterradores y perturbadores se revelan sobre el modus operandi de Miguel Cortés, el feminicida serial apodado “El Jeffrey Dahmer mexicano” -en referencia al infame asesino en serie estadounidense-, que ahora está vinculado a proceso por el delito de feminicidio tras asesinas a María José.
Miguel Cortés cronometraba la muerte de sus víctimas
El periodista Carlos Jiménez (C4) informó que las autoridades de la Ciudad de México (CDMX), tras lograr establecer comunicación con Cortés, han obtenido escalofriantes confesiones. Entre ellas, destaca la macabra práctica de utilizar un cronómetro para medir el tiempo exacto en que los restos de sus víctimas se disolvían en ácido; Miguel era químico farmacobiólogo.
Tras asfixiarlas y estrangularlas, Cortés cortaba las extremidades de los cuerpos con una sierra y luego las introducía en ácido o sustancias químicas para deshacerlas y eliminar cualquier rastro. Sin embargo, por razones aún desconocidas, conservaba algunos restos óseos, como los cráneos humanos que fueron encontrados en su departamento en la alcaldía Iztacalco.
Este macabro ritual no solo evidencia la crueldad extrema del feminicida, sino que también plantea interrogantes sobre sus motivaciones y su estado mental. Las autoridades continúan investigando a fondo el caso para comprender a cabalidad la mente detrás de estos crímenes atroces.
Vinculado con desaparición de mujeres en CDMX
Las atrocidades cometidas por Miguel Cortés han conmocionado a la comunidad y generado un profundo rechazo e indignación, por lo que la sociedad exige justicia para las víctimas y que se tomen las medidas necesarias para evitar que este tipo de tragedias vuelvan a ocurrir.
En las últimas horas se ha revelado que el feminicida serial de Iztacalco está probablemente vinculado con la desaparición de una cantidad considerable de mujeres en la CDMX, como el caso de Frida Sofía Lima Rivera, “amiga” de Miguel Cortés que fue vista por última vez en 2015 a unas calles del departamento de este sujeto.
Además, la policía capitalina encontró un diario en el que “El Jeffrey Dahmer mexicano” relataba con lujo de detalle los crímenes que cometía en contra de sus víctimas, sus exparejas y mujeres cercanas a él, a quienes con engaños llevaba a su departamento.
COMENTARIOS