ESTADOS UNIDOS
Cerca de 146,000 trabajadores de empresas fabricantes de Estados Unidos han amenazado con comenzar una huelga esta semana si General Motors, Ford y Stellantis rechazan sus demandas de que le suban fuertemente los salarios y le restauren los beneficios que cedieron hace unos años, cuando esas compañías estaban en problemas financieros.
Las conversaciones son lideradas por Shawn Fain, el combativo presidente del sindicato UAW —siglas de United Auto Workers—, quien amenazó con paralizar labores en alguna o en las tres compañías si el jueves a las 11:59 pm (hora del Este) vencen los contratos sin que haya nuevos acuerdos.
Las conversaciones llevan desde la semana pasada y reportes apuntan a cierto avance. Sin embargo, no está garantizado que esos avances sean los suficientes como para esquivar un paro de labores por parte de trabajadores sindicalizados en fábricas en varios estados. Una huelga, sea en una o más plantas, puede ocasionar interrupciones significativas en la producción de autos del país.
¿En qué se centran las demandas de los trabajadores y en qué punto están las conversaciones?
Alzas salariales del 46% y 32 horas de trabajo semanales: puntos clave para el UAW
El sindicato pide alzas salariales del 46%, de forma gradual durante cuatro años. Ello significa que los trabajadores con salarios más altos en plantas de producción ganarían $47 por hora, desde los actuales $32. Sumado a eso, el sindicato quiere eliminar las escalas salariales en los trabajos que se realizan en esas fábricas.
También pide que la semana de trabajo sea de 32 horas en lugar de las habituales 40 y que se restablezcan los beneficios de jubilación tradicionales para los nuevos empleados: actualmente las empresas ofrecen planes de retiro 401(k) en lugar de los planes de pensión definidos que daba antes.
Otro punto clave para el sindicato UAW es poder tener representación en una decena de fábricas de baterías para vehículos eléctricos, muchas de las cuales estarán en manos de empresas conjuntas entre las automotrices y compañías surcoreanas.
El sindicato quiere que los trabajadores de esas plantas reciban los salarios más altos que ha logrado UAW, en parte porque quienes ahora se dedican a los motores de combustión necesitarán dónde trabajar a medida que la industria se mueve hacia los vehículos eléctricos.
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