Kiev. Al día siguiente del naufragio de su buque insignia en el mar Negro, Rusia prometió el viernes intensificar sus bombardeos contra Kiev, y el primero de ellos fue contra una fábrica de misiles Neptune, con los que los ucranianos dicen haber hundido el “Moskva”.
Rusia había dicho hasta ahora que el “Moskva” quedó dañado el miércoles por un incendio tras la explosión de sus propias municiones y que la tripulación -unos 500 hombres según las fuentes disponibles- había sido evacuada.
Unas afirmaciones que desmintió una oficial militar ucraniana. “Observamos cómo los barcos intentaban ayudar, pero incluso las fuerzas de la naturaleza estaban del lado de Ucrania”, ya que “una tormenta impidió el rescate del barco y la evacuación de la tripulación”, dijo Natalia Gumeniuk, portavoz del mando militar del sur de Ucrania.
“Somos perfectamente conscientes de que no nos lo perdonarán”, añadió, refiriéndose a Rusia y a posibles nuevos ataques.
Rusia realizó una advertencia directa: “El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev”, dijo su Ministerio de Defensa.
La madrugada del viernes, una fábrica de misiles en las afueras de Kiev fue alcanzada por un bombardeo ruso, comprobaron periodistas de la AFP.
La empresa Vizar fabrica misiles antibuque Neptune con los que los ucranianos dicen haber golpeado el barco ruso, indicó en su web UkrOboronProm, el organismo estatal que supervisa las usinas de armamento ucraniano.
La planta y el edificio administrativo adyacente, situados a unos 30 km al suroeste de Kiev, registraron daños importantes, constató la AFP.
Los rusos llevaron a cabo tres ataques el viernes en la región de Kiev, señaló su gobernador, Alexander Pavliouk, sin especificar si esto incluía el de la empresa Vizar.
Rusia también asegura que Ucrania bombardeó pueblos rusos en la frontera, unas acusaciones rechazadas por Ucrania. Según los ucranianos, son los servicios secretos rusos los que ponen en práctica “ataques terroristas” en esa región.
Del lado ucraniano, la Fiscalía informó el viernes que siete civiles murieron y 27 resultaron heridos en disparos rusos contra autocares de evacuación en la región de Járkov, en el noreste, cerca de la frontera.
Además, al menos siete personas murieron, entre ellos un bebé de siete meses, y 34 fueron heridas en bombardeos rusos contra una zona residencial de Járkov, anunció este viernes el gobernador regional, Oleg Sinegubov./AFP.
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