Parece ser que en las ultimas décadas existe una percepción generalizada y creciente entre los psicólogos y sociólogos de que existe una tendencia silenciosa que asecha en los países de occidente. Se trata de la ruptura de relaciones entre padres e hijos, que si bien no ha datos específicos se ha notado una tendencia creciente en las familias de dicha región.
Conocido técnicamente como «alejamiento» o «distanciamiento»-la definición sobre este término difiere un poco entre los expertos-, pero la mayoría está de acuerdo en usarlo en situaciones en las que una persona corta cualquier comunicación con uno o más miembros de la familia. Ese distanciamiento se prolonga en el largo plazo, incluso si aquellos de los que han tratado de separarse intentan reestablecer una conexión.
Un aumento en la visibilidad del tema
Este tema no se ha estudiado a profundidad, pero gracias a los esfuerzos de Karl A. Pillemer (Profesor de Desarrollo Humano en la Universidad de Cornell, en EE.UU.) entre otros profesionales, quienes después de darse cuenta de los pocos estudios importantes alrededor del tema, comenzaron con los fundamentos para estudios posteriores.
Pillemer logró realizar una gran encuesta en 2020 para su libro «La línea divisoria: familias fracturadas y cómo repararlas». La encuesta mostró que una de cada cuatro personas en EE.UU. afirmó estar alejada de al menos un familiar. Resultados similares emergieron de otra encuesta hecha en Reino Unido, que sugiere que este fenómeno afecta a una de cada cinco familias en el país.
«Decir ‘se terminó’ con un familiar es un fenómeno muy potente y distinto», dice Karl A. Pillemer. «Es diferente de peleas familiares, de situaciones conflictivas o emocionalmente distantes, porque estas incluyen o se mantiene algún tipo de contacto», agrega.
Y la tendencia a que cada día haya más casos plantea múltiples preguntas sobre el efecto que esto tiene en las personas y en la sociedad.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Aunque las investigaciones sobre este tema son limitadas, la mayoría de los alejamientos o rupturas entre padres y un hijo adulto son iniciadas por los hijos, de acuerdo con la investigación hecha por el psicólogo Joshua Coleman, quien escribió el libro «Las reglas del alejamiento: por qué los hijos rompen los lazos con sus padres (y cómo sanar esa ruptura)».
De acuerdo con Coleman, una de las razones más comunes para estos alejamientos son hechos de violencia ocurridos en el pasado o que se pueden dar en el presente, ya sean verbales, emocionales, físicos o sexuales.
El divorcio es otro factor que influye en esta decisión, que puede darse por distintos motivos, desde ponerse del lado de uno de los padres hasta la presencia de nuevos miembros de la familia como padrastros, madrastras y hermanastros, quienes pueden ser vistos como una fuente de divisiones sobre temas financieros o emocionales.
También existe un indicador relativamente nuevo: «Las disputas sobre valores», este se están convirtiendo en factor importante.
Un estudio publicado el pasado mes de octubre por Coleman y la Universidad de Wisconsin mostró que ‘desacuerdos en valores’ fueron mencionados por una entre cada tres madres que están alejadas de sus hijos.
A esto se suma una investigación hecha por el profesor Pillemer donde se resalta que los desacuerdos en valores son un «factor mayor» de los alejamientos entre familiares, con conflictos en temas como «militancia sobre diversidad sexual, diferencias religiosas y estilos de vida alternativos».
Ambos expertos señalan que esto se debe en parte al incremento de la polarización política y cultural que se ha visto en los últimos años. «Estos estudios ponen de relieve que la identidad se ha convertido en un gran determinante para decidir sobre quién tener cerca o con quién romper relaciones», dice Coleman.
El factor de salud mental
Los expertos creen que el aumento de consciencia sobre la salud mental y lo tóxica que puede llegar a ser la relación con un familiar violento, también han impactado en el número de esos alejamientos.
«Si bien los conflictos familiares o aislarse del entorno familiar no es algo nuevo, conceptualizar el acto de ruptura hacia un miembro de la familia es una expresión de crecimiento personal, y así como es algo común hacerlo en estos días, también es un fenómeno nuevo», anota Coleman.
«Decidir qué personas mantener cerca o lejos se ha convertido en una importante estrategia de vida«, agrega.
El aumento del individualismo
Coleman argumenta que el enfocarnos más en nuestro bienestar mental ha ocurrido en paralelo con otras tendencias, como una inclinación hacia la «cultura del individualismo». Para él, muchos de nosotros somos mucho menos dependientes de los familiares que otras generaciones.
«No necesitar a un miembro de la familia como apoyo significa que con quién elegimos pasar el tiempo se basa más en nuestras identidades y aspiraciones de crecimiento que en la supervivencia o la necesidad», explica Coleman. «Hoy día nada ata a un adulto con sus padres más allá del deseo del hijo de tener una relación con ellos», concluye.
Además, el aumento de oportunidades de vivir y trabajar en distintas ciudades o incluso países lejos de las familias puede ayudar en este rompimiento, por el simple hecho de la distancia física.
El impacto del alejamiento
Hay varios impactos positivos en aquellos adultos que se han alejado de lo que creen era una relación dañina con sus padres. «La investigación señala que la mayoría de los que han tomado la decisión han dicho que ha sido por el bien de todos«, dice Coleman.
Pero, si bien se mejora la salud mental y se percibe una mayor libertad, también hay otros factores que aparecen cuando una persona decide alejarse de un familiar. Pillerman afirma que esta decisión también puede causar sensación de inestabilidad, humillación y estrés. «Para muchos el cortar una relación familiar también puede ser visto como una pérdida», explica.
«Además de que se pierden los beneficios de pertenecer a una familia: apoyo material, por ejemplo, y la sensación de no pertenecer más a un grupo estable de personas que se conocen bien«, añade.
Por supuesto, todo esto también tiene un impacto en los padres que, a menudo de forma involuntaria, han sido excluidos de la vida de sus hijos, y potencialmente de sus nietos. «La mayoría de los padres se sienten miserables por ello«, indica Coleman.
Además de perder su propio equilibrio en la unidad familiar tradicional, por lo general «afirman sentir profundos sentimientos de pérdida, vergüenza y arrepentimiento», señala el investigador.
¿Hacia donde apunta el futuro?
Con las divisiones políticas en el centro del escenario en muchos países, así como con el creciente individualismo en las culturas de todo el mundo, muchos expertos creen que la tendencia de «ruptura» entre padres e hijos se mantendrá. «Mi predicción es que empeorará o seguirá igual», anota Coleman.
«Las relaciones familiares se basarán mucho más en buscar la felicidad y el crecimiento personal, y menos en enfatizar el deber, la obligación o la responsabilidad«, señala. Sin embargo, Pillemer sostiene que no deberíamos descartar intentar salvar las diferencias, en particular las que se derivan de temas políticos o valores opuestos (en total contraposición a comportamientos violentos o dañinos).
«Si la relación anterior era relativamente cercana (o al menos no conflictiva), creo que hay evidencia de que muchos miembros de la familia pueden restaurar la relación. Sin embargo, implica acordar una ‘zona desmilitarizada’ en la que no se puede discutir la política «, afirma.
Para su libro, Pillerman entrevistó a más de 100 personas alejadas que se habían reconciliado con éxito, y descubrió que el proceso fue en realidad descrito por muchos como «un motor para el crecimiento personal».
«Por supuesto que no es para todos, pero para varias personas, cerrar una brecha, incluso si la relación fue imperfecta, fue una fuente de autoestima y orgullo personal». Sostiene que se necesitan estudios más detallados sobre el tema del alejamiento para sacarlo aún más «de las sombras y ponerlo a la luz clara de la discusión abierta».
«Necesitamos investigadores para encontrar mejores soluciones, tanto para las personas que desean reconciliarse como para ayudar a lidiar con personas en alejamientos permanentes».
Fuente Original: BBC Future
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