CIUDAD DEL VATICANO
El Papa Francisco habló levantando la vista de sus papeles, como suele hacer cuando dice las cosas más importantes, mientras saludaba este jueves a los fieles en el Aula Nervi al final de la audiencia general. «Una oración especial por el Papa emérito Benedicto, que en silencio sostiene a la Iglesia», dijo. «Acordaos de él, que está muy enfermo, pidiendo al Señor que le consuele y le sostenga en este testimonio de amor a la Iglesia hasta el final».
Joseph Ratzinger cumplió 95 años el 16 de abril y desde hace algún tiempo se encuentra delicado de salud, como es normal a su edad. Antes de Navidad, Francisco habló de él como «un santo, un hombre de elevada vida espiritual», y explicó: «Le visito a menudo y me edifica su mirada transparente. Vive en la contemplación… Tiene buen sentido del humor, es lúcido, muy vivo, habla en voz baja pero sigue la conversación. Admiro su lucidez. Es un gran hombre».
Desde hace nueve años, Benedicto XVI vive en el monasterio vaticano Mater Ecclesiae, donde se retiró pocos meses después de renunciar al Pontificado en 2013 y donde también celebró la Navidad con una misa. Su secretario especial, el arzobispo Georg Gänswein, hablaba en los últimos años de un hombre siempre lúcido que «reza, lee, escucha música, recibe visitas», pero que en su estado físico «es como una vela que se apaga lenta y serenamente, como nos ocurre a muchos». A principios de diciembre, recibió en el monasterio a los dos becarios galardonados este año con el Premio Ratzinger de estudios teológicos; las fotos de aquel día le muestran sentado en un sillón, delgado y frágil, pero con la mirada atenta.
El portavoz vaticano, Matteo Bruni, explicó hoy: «En cuanto a las condiciones de salud del Papa emérito, por quien el papa Francisco pidió oraciones al final de la audiencia general de esta mañana, puedo confirmar que en las últimas horas se ha producido un agravamiento debido a su avanzada edad. La situación en estos momentos permanece bajo control, vigilada constantemente por los médicos». Al final de la audiencia general, «el Papa Francisco se dirigió al monasterio Mater Ecclesiae para visitar a Benedicto XVI», añadió. «Nos unimos a él en la oración».
El arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, también invitó a los fieles a unirse en oración por Benedicto XVI, recogiendo el llamamiento de Francisco. «Si el Santo Padre Francisco dice que debemos unirnos en la oración, lo haremos de manera especial con las jóvenes cristianas y los jóvenes cristianos», dijo el cardenal en Bad Toelz, inaugurando las jornadas diocesanas en Baviera.
«En este momento de sufrimiento y de prueba, estamos en torno al Papa emérito», afirmó el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana: «Él mismo nos recordaba que por duras que sean las pruebas, difíciles los problemas, pesado el sufrimiento, nunca caeremos de las manos de Dios, esas manos que nos han creado, nos sostienen y nos acompañan en el camino de la existencia, porque están guiadas por un amor infinito y fiel».
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