ESPAÑA
Erica Vanessa Reyes Álvarez, una nicaragüense de 22 años asesinada en la localidad española de Utrera (Sevilla), murió como consecuencia de los golpes que recibió en la cabeza con un objeto contundente tipo martillo y el marido, detenido este lunes, niega su implicación en los hechos.
El cadáver de la joven, que dejó su país en 2018, fue encontrado en la mañana de ayer por su hermana en la casa donde vivía en Utrera y, según informaron a EFE fuentes de la investigación este martes, la víctima recibió varios golpes, todos ellos en la cabeza.
El objeto usado para asesinar a la joven aún no ha sido localizado por los agentes de la Guardia Civil, que pocas horas después del crimen detuvo, cuando estaba escondido en un hostal de Utrera, al marido de la mujer, un ecuatoriano de 43 años con el que estaba en proceso de separación.
En su primera declaración, el detenido negó su implicación en el caso y por el momento no quiso colaborar en la investigación.
La Guardia Civil informó de que va a agotar el plazo legal de 72 horas para ponerlo a disposición judicial dada la complejidad de la investigación.
CONCENTRACIONES PARA PEDIR JUSTICIA
El ayuntamiento de Utrera declaró ayer un día de luto por la muerte de la joven y hoy unos 200 vecinos se reunieron para guardar un minuto de silencio, en el que también participaron autoridades locales y miembros de la asociación nicaragüense Sevilla-España.
La hermana de la joven asesinada, Ana, acudió también, portando, junto a varias personas, un cartel con la foto de la joven y el mensaje “Que se haga justicia”.
El Ministerio de Igualdad español convocó este martes al comité de crisis para analizar los últimos casos de violencia de género después de un mes de julio en el que ocho mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, a falta de confirmar la naturaleza machista del caso de Erica Vanessa.
En el caso del crimen de Utrera ni la fallecida ni su marido estaban incluidos en el Sistema de Seguimiento Integral de los casos de Violencia de Género español ni tenían antecedentes en los servicios sociales del Ayuntamiento de la localidad. EFE
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