TEGUCIGALPA, HONDURAS
El partido Nacional de Honduras cumple este 27 de enero su 122 aniversario. Es uno de los dos más longevos partidos políticos del país, junto al centenario partido Liberal, llega a su fecha de fundación en medio de un profundo señalamiento público por el ligue de sus máximos dirigentes en casos vinculados a corrupción y narcotráfico.
En las elecciones de noviembre de 2021, los nacionalistas obtuvieron más de 1.3 millones de votos en la elección general, pero no fue suficiente para retener el poder debido al hartazgo de la gente, golpeada por la multicrisis generada por las erróneas decisiones gubernamentales que se reflejaban en la creciente migración, además de las secuelas en la salud cada vez más precaria entre una pobreza generalizada que se manifestó en el desempleo, la extorsión e inseguridad.
Este aniversario del Partido Nacional coincide con el sexto día del juicio contra el expresidente nacionalista Juan Orlando Hernández, juzgado en la Corte del Distrito Sur de Manhattan por conspirar para introducir cocaína en los Estados Unidos y de ello se derivan millonarios ingresos de dólares de los que invirtió parte en sus campañas políticas, según los testigos presentados hasta ahora por la Fiscalía estadounidense.
Los nacionalistas, que tienen en el Congreso Nacional una bancada de 43 diputados y que constituyen la principal fuerza opositora conformada en su mayoría por jóvenes líderes distantes del reciente pasado y por algunos otros experimentados que han logrado mantener sólida la posición partidaria, se resisten a abandonar su bandera y han decidió hacerle frente a la marea en contra para rescatar a la institución política, por mucho en sus horas más bajas.
A la fuerza parlamentaria del partido Nacional se suman sus 142 alcaldes electos en el último periodo y que son la fuerza edilicia mayoritaria en Honduras.
El Comité Central nacionalista también ha enfrentado cambios en su dirección ya que tras una orden de captura en contra del hasta hace un par de meses presidente de esa institución David Chávez, vinculado a un escándalo de corrupción durante su periodo como director de INFOP y quien se encuentra en paradero desconocido, el cargo es ostentado por Fátima Juárez, una lideresa del occidental departamento de Santa Bárbara.
Frente al juicio del expresidente Hernández, las autoridades nacionalistas han mantenido la posición de que el caso atañe a una persona, pero no a la institución y de esa forma se deslinda de la responsabilidad en los actos que se atribuyen a sus miembros no solo en el caso del expresidente, sino que en general de todos los miembros partidarios vinculados a casos al margen de la legalidad.
En sus diversos y sistemáticos comunicados públicos en los que fijan posiciones en torno a temas de interés nacional, ellos invocan imparcialidad y exigen la despolitización de las acciones de los operadores de justicia y a la vez señalan permanente los actos que consideran corruptos o que debilitan la institucionalidad dentro del actual gobierno, constituyéndose en una fuerza beligerante pero sus opositores les señalan de negociar impunidad.
Pese al oscuro momento que atraviesan, con Hernández en el banquillo de los acusados, los nacionalistas siguen seguros de que recuperarán el poder del país y según sus líderes son la respuesta a lo que juzgan mal gobierno de Castro.
Líderes de viejo cuño como Roberto Ramón Castillo al frente del movimiento Monarca, aseguran que el partido debe sacudirse a toda la cúpula contaminada para poder marchar hacia nuevos estadios y responderle al electorado y a la población.
Así, aspirantes presidenciales como Nasry “Tito” Asfura y Jorge Zelaya entre otros, buscan retomar la conducción de Honduras y junto a sus cuadros apuntan hacia su gran propósito, una tarea difícil en tiempos de una marea bastante alta.
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