Miles de hacinados en Texas en la peor crisis migratoria de Biden

Miles de hacinados en Texas en la peor crisis migratoria de Biden

Miles de inmigrantes se hacinan bajo un puente que conecta las localidades de Del Río, Texas y Ciudad Acuña, en México, en un campamento improvisado sin las condiciones de sanidad y seguridad más elementales, y bajo un intenso calor que supera los 40 grados. La crisis migratoria a la que se enfrenta la Administración de Joe Biden se ha agravado por la llegada de miles de peticionarios de asilo en días recientes. Son tantos, que las autoridades migratorias no pueden atender sus solicitudes y los tienen en ese campamento.

Los inmigrantes cruzan el río Bravo, que a esa altura tiene poca profundidad, y se entregan a los agentes fronterizos pidiendo asilo. Bajo la Administración de Donald Trump, a esos

inmigrantes se les podía devolver en caliente a que esperaran una decisión en México u otro país centroamericano. Biden ha tratado de anular esa política, pero mantiene otra que prohibe las entradas debido a la pandemia.

Preguntado, un portavoz de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza dijo ayer que habrá un refuerzo de agentes en la zona «para abordar de inmediato el problema del elevado número actual de encuentros con migrantes y facilitar un proceso seguro, humanitario y ordenado». Ese mismo portavoz, que pidió no ser citado por su nombre, dijo que a esos inmigrantes se les envía bajo el puente para evitar golpes de calor dada la elevada temperatura.

El alcalde de Del Río, Bruno Lozano, dijo a los medios que a la madrugada del jueves había bajo el puente 10.500 inmigrantes, una cifra que aumentó en 2.000 en apenas 24 horas, según informa Reuters. Los inmigrantes son en su mayoría haitianos, pero también hay cubanos, venezolanos y nicaragüenses.

Los testigos en la zona describen condiciones insalubres, y un obvio riesgo de contagio del coronavirus, pues no hay forma de saber cuántos de esos inmigrantes han sido vacunados.

El hacinamiento en Del Río ha provocado tensión entre la Casa Blanca y el gobernador de Texas, Greg Abbott. Este último dijo el jueves que había ordenado a los policías estatales y a la Guardia Nacional de Texas cerrar seis puntos de entrada a lo largo de la frontera sur a petición de la agencia de Aduanas y Protección Fronteriza. Después se desdijo, y la mencionada agencia negó haber pedido nada.

 

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