Louis Wain fue uno de los artistas más emblemáticos de Inglaterra. En sus obras plasmó dibujos de distintos animales y escenas de la vida campestre. Sin embargo, lo más característico fueron las curiosas pinturas de gatos de Wain. A Louis Wain le gustó dibujar animales desde que era joven. Gracias a sus dibujos de animales y escenarios naturales, ya contaba con un reconocimiento en aquel tiempo. Sin embargo, su fama creció tras su obsesión por los gatos, la cual empezó más tarde. Dando pie a las famosos y curiosas pinturas de gatos de Louis Wain.
Peter el primer gato y su inspiración
Wain se casó con Emily Richardson en 1884, de quien estaba profundamente enamorado. Al poco tiempo, Emily fue diagnosticada de cáncer y Wain trató de sobrellevar la situación de la mejor manera. Wain dibujaba estos gatos para animar a su esposa en sus últimos años de vida, y para ello recurría a retratar a su gato Peter en situaciones algo absurdas.
Peter fue el nombre que eligieron para un gato que encontraron en la calle, un animal que se volvió un claro apoyo para Emily durante su enfermedad. A menudo, Wain se sentaba en la cama junto a su esposa y comenzaba a dibujar a Peter en diversos ángulos y retratándolo cómicamente.
Verle dibujar alegraba a Emily, quien de manera insistente le pidió que llevara sus dibujos y los publicara. Finalmente, aceptaron y publicaron sus obras. A partir de ese momento, Wain empezó a dibujar únicamente gatos. A pesar de ello, esto se tornó agridulce por el fallecimiento de su esposa. Transcurrido esto, el pintor mostró una unión muy fuerte con el gato. El animal que supuso un gran apoyo de Emily y con quien sentía que se acercaba a ella.
Fue en ese momento, alrededor de 1890, que Wain comenzó a dibujar y pintar gatos claramente antropomorfos. En estas imágenes, de marcado tono cómico, los gatos eran un medio por el cual su creador caricaturizaba la sociedad inglesa de la época: gatos saludándose con la mano, fumando, organizando fiestas con bebida, jugando al golf… De hecho, Wain solía ir a lugares concurridos, como plazas o restaurantes, y retrataba a la gente que veía como si fuesen felinos que actuaban tal y como lo hacían las personas que estaba viendo.
El conocido escritor H. G. Wells dijo sobre Wain: “Él inventó un estilo de gato, una sociedad de gatos, un mundo entero de gatos. Los gatos ingleses que no lucen y viven como los gatos de Louis Wain se avergüenzan de sí mismos”.
Tiempo de Decadencia
Sin embargo, a pesar del éxito que le rodeaba, el fallecimiento de su esposa y los eventos posteriores lo marcaron profundamente. Nunca fue un buen administrador con el dinero, de modo que todo lo que ganaba se lo gastaba, subsistiendo con lo mínimo cada mes. En 1895, empezó a vivir con su madre y sus hermanas, haciéndose responsable de llevar el dinero al hogar y abastecer a la familia. Años después, su hermana menor, Marie, fue internada en un psiquiátrico por delirios, donde falleció en 1915. Por si no fuera suficiente, en 1910 murió su madre y en 1917 su hermana mayor, Caroline, por una gripe, coincidiendo estos sucesos con el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Este último fallecimiento afectó profundamente a Wain. Y es que, Caroline era quien tomaba las decisiones en la casa y se encargaba de administrar el hogar. Algunos informes lo describen como un suceso muy desestabilizador para el ilustrador.
La situación se complicó cuando Wain empezó a mostrar síntomas de patología mental. Si bien el desarrollo de la psiquiatría de principios del siglo XX no permiten saber mucho sobre la enfermedad mental del pintor, hoy se cree que Louis Wain desarrolló esquizofrenia, aunque algunos investigadores señalan que es más probable que cumpliera los criterios diagnósticos de los Trastornos del Espectro Autista.
Hay que destacar, que todo ello se abarca en una época donde el estudio y la importancia de la salud mental era bastante primitivo. De este modo, existía un gran desconocimiento en el área todavía. Así pues, se asocia que las diferentes opiniones con respecto a dicho diagnóstico pueden deberse a este hecho.
Wain ingresó por primera vez en una institución psiquiátrica a mediados de los años 20, cuando su conducta se había vuelto tan errática y ocasionalmente agresiva que tenía dificultades incluso para relacionarse con las personas de su círculo más íntimo. En los años posteriores, su vida se limitó a pasar de un hospital a otro. De este modo, llegó al Bethlem Royal Hospital, un lugar que contaba con un jardín y una alegre colonia de gatos. Pasaría en este lugar los últimos 15 años de su vida.
La metamorfosis de sus gatos
El Louis Wain del Bethlem Royal Hospital era, desde luego, distinto al afable pintor que gustaba de mezclarse con la gente y que todos los periódicos del país habían contemplado. Pero no sólo había cambiado él, también lo había hecho, al parecer su obra.
Las dataciones de sus cuadros que se realizaron años después de su muerte muestran un claro patrón en sus pinturas, que van desde el arte figurativo en el que aparecen animales actuando como personas hasta combinaciones de líneas y colores muy abstractas y que a duras penas recuerdan a algo que exista en nuestro plano de la realidad. Son felinos con ojos asustados o desafiantes, colores fuertes y sin fondos naturales. O bien, pinturas donde los rasgos de dichos animales se difuminan en una infinidad de formas y curvas.
Es por eso que la obra de Louis Wain es utilizada muchas veces como un ejemplo de cómo progresa la manera de percibir la realidad en algunas personas con esquizofrenia.
El arte también puede ser testimonio del impulso creativo de las personas, y si bien los cuadros del pintor inglés pudieron variar increíblemente hasta apelar a lógicas y reglas de representación que sólo él entendía, no dejan de ser prueba de un agudísimo genio artístico que siguió desarrollándose incluso en las condiciones más duras.
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