La organización benéfica de Sean Penn quedó envuelta en problemas financieros y denuncias de acoso sexual

La organización benéfica de Sean Penn quedó envuelta en problemas financieros y denuncias de acoso sexual

TEGUCIGALPA, HONDURAS.

Los empleados de CORE afirman que la ONG del actor malgastó el dinero de los contribuyentes y no protegió a sus trabajadores

CORE, una organización humanitaria fundada por el actor Sean Penn, se convirtió en una de las ONGs más importantes de Estados Unido tras experimentar un rápido crecimiento a raíz de la pandemia de coronavirus. Ahora, sin embargo, enfrenta acusaciones de malgastar el dinero de los donantes e ignorar las denuncias de acoso sexual realizadas por varios de sus empleados, según reveló este miércoles una extensa investigación de Bloomberg Businessweek.

Penn, una estrella conocida por su compromiso con distintas causas, lanzó lo que se convertiría en CORE (acrónimo de Esfuerzo de Ayuda Organizado por la Comunidad) en enero de 2010, cuando un devastador terremoto y un posterior brote de cólera mataron a cientos de miles de personas en Haití. Penn viajó al país con la intención de quedarse solo un par de semanas y terminó quedándose durante gran parte del año, dirigiendo y viviendo en el mayor campo de refugiados del país. Por su labor incluso recibió una medalla del presidente de Haití.

En Haití, Penn también conoció a Ann Lee, quien dirigía otra organización sin fines de lucro. La contrató como directora ejecutiva en 2016. Con Lee al timón, la ONG de Penn pasó varios años más brindando ayuda ante desastres, principalmente en Haití y otros países del Caribe. En 2019, Penn nombró a Lee cofundadora honoraria y cambió el nombre de la organización oficialmente a CORE.

La junta directiva está compuesta mayoritariamente por Penn y su círculo íntimo, incluidos su agente Bryan Lourd, el cineasta Fernando Sulichin y las actrices Patricia Velásquez y Soleil Moon Frye.

Actualmente, el actor sigue siendo la cara más conocida de la ONG, aunque no está involucrado en su día a día. Lee sigue siendo la directora ejecutiva y la persona que toma la mayoría de las decisiones operativas de la organización, según dijeron empleados y ex empleados de la organización a Businessweek.

Lee dijo que CORE debe su notoriedad a la fama de Penn. “Una de las cosas que más me preocupa es nuestra visibilidad gracias a Sean”, dijo a los empleados durante una conferencia telefónica a nivel de toda la organización, según una grabación de la conferencia escuchada por Businessweek. “Tenemos acceso a mucha publicidad y visibilidad. Podemos salir en la CNN, y eso eleva realmente el perfil de nuestra organización”. El inconveniente, dijo: “También recibimos un tipo de escrutinio muy indebido”.

En 2019, la organización contaba con ingresos anuales de 6 millones de dólares. En ese momento, según los formularios de impuestos de la organización revisados por Bloomberg Newsweek, había estado perdiendo dinero durante tres años consecutivos, empleaba a 18 personas y contaba con cero voluntarios.

Hasta que, en 2020, se desató la pandemia de COVID-19.

“Éxito sin comparaciones”

En los primeros días de la crisis sanitaria, cuando los equipos de protección personal y las pruebas eran escasos, la ciudad de Los Ángeles sólo disponía de un puñado de médicos de plantilla. El ayuntamiento no tenía un departamento de salud pública y no contaba con la ayuda del condado para establecer centros de pruebas. Entonces Penn aprovechó sus contactos con el gobernador de California, Gavin Newsom, para ofrecerle ayuda al entonces alcalde Eric Garcetti.

“Llegaron Ann Lee y Sean Penn”, dijo a Bloomberg Jeff Gorell, quien era teniente del alcalde en aquel momento. “Dijeron: ‘Déjenos hacerlo, déjenos gestionarlo y operarlo, y lo haremos con nuestras propias donaciones’”.

Al principio CORE montó un centro de pruebas. En verano, CORE ya gestionaba centros por toda la ciudad con el Departamento de Bomberos de Los Ángeles. Al principio, la organización recurría a voluntarios con guantes, máscaras y trajes protectores, pero pronto empezó a contratarlos como empleados a tiempo completo. Pronto ayudaron a realizar decenas de miles de pruebas al día en distintos puntos de Los Ángeles, incluidas pruebas masivas en el estadio de los Dodgers.

“Fue una bendición”, dijo Gorell al medio estadounidense. “Si CORE no hubiera estado allí, la ciudad de Los Ángeles nunca habría realizado pruebas al nivel que lo hizo. No había plan B”.

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