El crimen de la niña violada y torturada en México podría ser una venganza familiar

El crimen de la niña violada y torturada en México podría ser una venganza familiar

Los investigadores tratan de esclarecer los entresijos tras el macabro asesinato de Fátima, la niña de siete años mexicana violada torturada el pasado 11 de febrero. El mismo día en el que la policía detuvo a los principales sospechosos Mario Alberto N. y a Giovana N., que fue quien raptó a la niña, las autoridades descartaron el dinero como móvil del crimen, acrecentando así los claroscuros sobre el caso.

La Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México confirmó así que la principal línea de investigación es que la muerte respondiera a una venganza personal contra la familia de la menor.

Además, las autoridades apuntan a que la familia de Fátima y la pareja sospechosa tuvieron varios desencuentros por temas como el pago del alquiler, que resultaron en la expulsión del domicilio y, posiblemente, en el deseo de la pareja de vengarse, según afirman fuentes policiales al diario mexicano Reforma.

A menos de una semana de haber encontrado el cuerpo de la pequeña Fátima en una bolsa de basura y con signos de haber sido ultrajada, las autoridades encontraron y capturaron a los presuntos asesinos en una localidad del céntrico Estado de México, vecino a la capital.

“Una novia para toda la vida”

Otros apuntan a otras versiones. Algunos medios han publicado una entrevista con la tía de Mario, quien los denunció a la policía, en donde asegura que Giovana fue quien mató a la pequeña y el motivo del secuestro fue que su pareja “quería una novia para toda la vida”.

No obstante, las autoridades se negaron a confirmar dicha versión y se limitaron a decir que los detenidos están, por el momento, acusados por cohecho, debido a que ofrecieron dinero a los policías para que los dejaran huir. En las próximas horas se espera la presentación de las pruebas suficientes para que sean presentados ante un juez acusados de feminicidio.

(HENRY ROMERO / Reuters)

En declaraciones a los medios, María Magdalena Antón, madre de Fátima, sembró más dudas sobre el caso y aseguró que no creía que la mujer detenida haya sido capaz de cometer el crimen y que incluso llegó a vivir en su casa. “Dudo que ella le haya arrebatado la vida a mi hija”, dijo, y aseguró no conocer a Mario.

De acuerdo con la jefa de gobierno capitalina, el crimen “va a ser castigado” y aseguró que su gobierno está preocupado por este tipo de delito, por lo que se toma “muy en serio” la alerta de género publicada en noviembre de 2019 en la capital.

Las protestas chocan con la indiferencia gubernamental

El caso de la pequeña se produce en medio de un recrudecimiento en la ola de feminicidios en México, pues cada día matan a 10 mujeres en el país y tan solo el año pasado, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se registraron 1.006 asesinatos relacionados con la violencia de género.

Esto ha provocado que miles de mexicanas y colectivos feministas se hayan manifestado en los últimos días en las calles de la capital mexicana y las principales ciudades del país -registrándose algunos actos de vandalismo- y a través de redes sociales.

El malestar colectivo estalló tras la muerte de Ingrid Escamilla, de 25 años, quien fue asesinada y desollada presuntamente por su pareja sentimental y las fotos de su cadáver fueron divulgadas por varios medios nacionales a principios de meses.

AMLO, incapaz de señalar propuestas concretas

Las protestantes incluso se han producido en las afueras de Palacio Nacional, donde diariamente el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ofrece una conferencia de prensa, en la cual ha sido incapaz de puntualizar medidas concretas para combatir esta problemática.

Por el contrario, el mandatario publicó hace una semana un controvertido “decálogo” en contra de este crimen en el que condenó el machismo y prometió “garantizar la seguridad de las mujeres”.

Mientras que este jueves aseguró que esas manifestaciones no harán que renuncie a sus convicciones, pues según él, el feminismo se opone “a la moralización que promovemos”.

Aunque aseguró que está de acuerdo con que se manifiesten, el líder izquierdista pidió “que no lo hagan con violencia”.

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