ESTADOS UNIDOS
La Patrulla Fronteriza ha detenido en las últimas 48 horas a 2.500 refugiados que se agolpaban en al menos dos puertas de la valla fronteriza entre México y Estados Unidos a la altura de la localidad de El Paso (Texas), horas antes de que se levante el Título 42, que permite la expulsión en caliente de personas por motivos de salud pública.
Después de varios días siendo aglutinados por los agentes en 2 numerosos grupos en las puertas 40 y 42 de la valla, unos 16 kilómetros al este de la ciudad de El Paso, los fueron sacando en autobuses primero y más tarde en furgonetas.
En la puerta 40, salían en fila, muchos cabizbajos, algunos con las manos esposadas a la espalda e iban subiendo en los vehículos que desde antes de las 7 de la mañana y hasta las 10.30 fueron cargándose con los refugiados y saliendo en dirección a los centros de detención de la Patrulla Fronteriza.
Después de vaciar la zona en la que se encontraban, entre la muralla de cinco metros y medio y el río Bravo, todavía territorio estadounidense, procedieron a limpiarla de plásticos y otros restos que habían dejado los migrantes.
A las 15.15 hora local (21.15 GMT), el proceso comenzó en la puerta 42, donde se concentraba un millar de personas, según el jefe nacional de la guardia fronteriza, Raúl Ortiz.
Los detenidos tendrán que ser procesados por la Patrulla Fronteriza que decidirá si pueden comenzar el proceso de solicitud de asilo o si los expulsa.
WASHINGTON SE MUESTRA INQUEBRANTABLE CONTRA LOS REFUGIADOS
Las autoridades federales y locales de El Paso, ambas del Partido Demócrata, han redoblado sus esfuerzos en los últimos días y horas para dar una imagen de fortaleza contra los migrantes y de normalidad en la frontera antes de que se levante el Título 42, que vence a las 21.59 hora local (+6 GMT).
Por su parte, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbot, que también ha ordenado el envío de más agentes a la línea fronteriza, ha intentado dibujar con su habitual mensaje xenófobo una imagen de caos y peligro.
En los últimos tres días, agentes fronterizos intimidaron y persuadieron a cientos de refugiados indocumentados que se encontraban acampados en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el centro de El Paso, para que se entregaran voluntariamente a las autoridades si no querían ser detenidos a la fuerza.
Asimismo, en las últimas horas, el alcalde de El Paso, Oscar Leeser, ha anunciado que la ciudad cuenta con 4.400 nuevas camas para dar cobijo a migrantes, pero solo a aquellos que hayan pasado el triaje de la Guardia Fronteriza.
Desde Washington, también se ha insistido en el endurecimiento de las medidas antimigratorias.
Tras el vencimiento del Título 42, se aplicará el Título 8, la norma que históricamente ha regido la migración en Estados Unidos y, además, el Gobierno del presidente Joe Biden ha anunciado nuevas medidas que restringen el acceso a la solicitud de asilo en la frontera con México.
Estas nuevas medidas consideran “no aptos” para solicitar asilo a los migrantes que crucen de manera irregular la frontera y que no hayan pedido protección en un tercer país durante su travesía hacia EE.UU.
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