IRÁN
Un director de un banco iraní que atendió a una mujer sin velo ha sido despedido, según informaron el domingo los medios de comunicación locales, mientras las manifestaciones provocadas por la norma de cobertura obligatoria de la cabeza sacuden a la república islámica.
Las mujeres de este país de más de 80 millones de habitantes están obligadas a cubrirse la cabeza, el cuello y el pelo, una ley aplicada por la policía de la moral del país.
La muerte de Mahsa Amini bajo la custodia de la policía de la moral, por infringir supuestamente las normas del código de vestimenta, provocó manifestaciones en todo el país.
La agencia de noticias Mehr informó de que el director de un banco de la provincia de Qom, cerca de la capital, Teherán, “había prestado servicios bancarios el jueves a una mujer sin velo”.
En consecuencia, fue “destituido de su cargo por orden del gobernador”, dijo Mehr citando al vicegobernador Ahmad Hajizadeh.
Mehr dijo que el vídeo de la mujer sin velo “provocó muchas reacciones en las redes sociales”.
En Irán, la mayoría de los bancos están controlados por el Estado y Hajizadeh dijo que es responsabilidad de los directores de esas instituciones aplicar la ley del hiyab.
Decenas de personas, principalmente manifestantes pero también miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto durante las manifestaciones, que según Irán son alentadas por sus “enemigos” occidentales.
El hiyab se hizo obligatorio cuatro años después de la revolución de 1979, que derrocó a la monarquía respaldada por Estados Unidos y estableció la República Islámica.
Más tarde, con el cambio de las normas de vestimenta, se hizo habitual ver a las mujeres con vaqueros ajustados y pañuelos sueltos de colores en la cabeza.
Pero en julio de este año, el presidente ultraconservador Ebrahim Raisi llamó a la movilización de “todas las instituciones del Estado para hacer cumplir la ley del pañuelo”.
Sin embargo, muchas mujeres siguieron saltándose las normas.
Irán es escenario de un movimiento de protesta desencadenado el 16 de septiembre por el deceso de la joven Amini, una kurda iraní de 22 años que murió tras ser detenida por la policía de la moral en Teherán.
Las autoridades denuncian estas protestas como “disturbios” promovidos por Occidente.
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