Cuando duele el alma: “El derecho de decir adiós”, los ancianos a punto de morir se despiden por videollamada

Cuando duele el alma: “El derecho de decir adiós”, los ancianos a punto de morir se despiden por videollamada

En Milán lanzaron una campaña que ya logró 20 tablets para un hospital y un hogar de ancianos. Con ellas los pacientes aislados en el Hospital San Carlos se puedan despedir de sus seres queridos a través de videollamadas.

Italia ya es el país con más muertes por coronavirus. El país está viviendo una auténtica tragedia con diferentes aristas. Una de ellas es el drama de que muchas personas no pueden despedirse de sus familiares en su lecho de muerte, y viceversa. Ahora, una iniciativa quiere solucionar este asunto.

Informa la BBC que hay una gran cantidad de personas mayores que se encuentran solos, a las puertas de la muerte, sin ningún familiar que les acompañe.

«¿Sabés qué es lo más dramático? Ver a los pacientes morir solos, escucharlos mientras te ruegan que les digas adiós a sus hijos y nietos», dice la doctora Francesca Cortellaro, del hospital San Carlo Borromeo en Milán, al periódico italiano Il Giornale.

Una mujer mayor le pidió a la doctora Cortellaro poder ver a su nieta por última vez. Con el teléfono de la facultativa hicieron una videollamada: «Se despidieron. Poco después, ella se fue», dijo Cortellaro.

Este testimonio hizo que surgiera una iniciativa llamada «el derecho a decir adiós». La pusieron en marcha militantes del partido demócrata de la zona 6 de Milán, que compraron 20 tablets que luego repartieron en el Hospital San Carlo, para que los pacientes puedan hacer videollamadas.

Uno de los impulsores es el concejal del partido demócrata, Lorenzo Musotto, que afirmó que «La idea de no poder decir adiós me duele más que la muerte misma y hay otras residencias para ancianos, hospitales y hospicios donde ya no existe la posibilidad de decir adiós».

Musotto pide a la ciudadanía que done tabletas: «Estoy profundamente convencido de la importancia de las máscaras, guantes, maquinaria, pero el derecho a decir adiós, para los que se van y para los que se quedan, no debe ser menor».

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