Es bien sabido que el deporte afecta de manera muy positiva a la salud física de las personas. Y que, además, influye en la autoestima y estado de ánimo. Todo el mundo conoce la expresión “Mente sana, cuerpo sano”. Y es que, para que una mente esté en forma, también es necesario que lo esté el cuerpo. Esto se debe a que ambas se influyen mutuamente, proporcionándose cierto feedback. Como señala Carnero López (2020), “lo que sucede en mi ambiente repercute en mi cerebro y lo que le ocurre a mi cerebro repercute en mi mente y en mi cuerpo”. En este artículo nos centraremos en cómo afecta el deporte en la generación de nuevas neuronas.
Hace tiempo se pensaba que en el cerebro no se podían generar nuevas neuronas. Éste se entendía como una entidad estática e invariable que, simplemente, degeneraba a medida que envejecíamos o debido a lesiones cerebrales. No obstante, gracias a los estudios de Marian Diamond, una científica y educadora pionera, considerada una de las fundadoras de la neurociencia moderna y su equipo. Quienes fueron los primeros en publicar evidencia de que el cerebro adulto era plástico y adaptativo. Que puede cambiar con la experiencia y mejorar con el enriquecimiento, lo que ahora se llama neuroplasticidad.
Neurogénesis y ejercicio físico
Desde los estudios pioneros de neuroplasticidad, múltiples han sido las evidencias científicas que demuestran cómo factores tales como la dieta, la actividad cognitiva diversa, el ambiente social, la novedad y el ejercicio físico son elementos que favorecen indiscutiblemente este fenómeno. Nos centraremos en el ejercicio físico.
Los múltiples beneficios del ejercicio físico regular se han demostrado ampliamente en modelos humanos y animales. Sabemos que puede contribuir a la neurogénesis, así como poseer un rol importante para revertir y reparar el daño neural existente, tanto en mamíferos como en peces.
Comprender cómo se produce este proceso, y qué factores lo ponen en marcha, puede resolver el rompecabezas para mejorar la pérdida de memoria relacionada con la edad y tal vez prevenir enfermedades neurodegenerativas, incluido el Alzhéimer.
El cerebro promedio contiene alrededor de 100 000 millones de células cerebrales, la mayoría de las cuales se formaron antes del nacimiento. En las primeras etapas de la infancia se siguen generando nuevas células cerebrales a un ritmo acelerado. Con los años, la neurogénesis disminuye gradualmente, pero el proceso no se detiene ni durante la vejez. Los factores neurotróficos ayudan a estimular y controlar este proceso.
El ejercicio y el hipocampo
Lo anteriormente dicho parece ser especialmente cierto en el giro dentado del hipocampo. Un equipo de investigación de la Universidad de Harvard, liderado por Rudolph Tanzi, ha encontrado que el hipocampo puede producir entre 700 y 1 500 nuevas neuronas cada día. Quizás esto pueda no parecer mucho si tenemos en cuenta la vasta galaxia de neuronas que poseemos, pero incluso este pequeño número tiene valor, ya que mantiene activas muchas conexiones neurales ya existentes.
Se encontró que el ejercicio aeróbico durante ocho semanas puede doblar la ritmo de generación de nuevas neuronas en el hipocampo, en relación a aquellos sujetos que no realizan ejercicio. Sabemos que el ejercicio consigue acelerar la maduración de células madre a células adultas totalmente funcionales y fomenta el principal mecanismo celular existente para el aprendizaje y la memoria, denominado aprendizaje a largo plazo.
Así, si bien la mayoría de los cerebros puede desarrollar nuevas células, el objetivo de la ciencia ahora es encontrar las mejores maneras de hacerlo. La idea sería que, si se puede aumentar el número de neuronas aún más a través de la neurogénesis, se podría intensificar la función principal del hipocampo y mejorar la forma en que las personas aprenden nueva información y acceden a la memoria a corto y largo plazo.
En definitiva, la actividad física juega un papel esencial en el cerebro y en los procesos de neurogénesis. Asimismo, influye positivamente en los niveles de ansiedad y estrés, por lo que es de gran importancia mantener un estilo de vida activo. De esta forma, se podrán prevenir, no solo enfermedades del cuerpo, sino también las de la mente.
COMENTARIOS