La Esperanza e Intibucá: la extraordinaria «Capital Lenca» de Honduras

La Esperanza e Intibucá: la extraordinaria «Capital Lenca» de Honduras

Estas dos míticas ciudades están unidas por un mismo pasado, se ubican a 1,700 metros sobre el nivel del mar, lo que las convierte en la ciudad más alta en Honduras; a menudo se le llama, “La Ciudad del Manto Blanco”, esto por la característica neblina matinal de los días de invierno.

Ambas se convierten en una sola entidad ante los ojos de los visitantes. Estas ciudades fueron marcadas en su inicio por la férrea diferenciación étnica; Intibucá, en donde residían los “indios” y La Esperanza, donde residían los “criollos”, como se conocían a los descendientes de españoles nacidos en el continente.

Cada una de las ciudades posee su propio alcalde, su iglesia católica y hasta su mercado. Intibucá es cabecera de municipio, La Esperanza es cabecera del departamento. Mientras Intibucá mantiene una población predominantemente lenca, La Esperanza es mayoritariamente ladina (mestiza).

Curiosamente, comparten el parque central, sin embargo, todas estas diferencias pasan inadvertidas para el viajero que apenas llega. No existen límites señalados entre ambas y lo primero que se percibe es una sola ciudad con un clima extraordinario.

Entre sus atractivos se menciona “La Gruta”, que a la vez es un mirador, se trata de una cueva, a escasa distancia del centro de la ciudad. En el recorrido se encuentra el Museo de la Cultura Lenca, en donde el visitante podrá conocer gran variedad de productos artesanales, así como conocer de la historia de esta legendaria etnia.

Su población se dedicada al comercio, al cultivo de papas, moras, fresas, duraznos, manzanas y maíz (el departamento de Intibucá es el mayor productor de papa del país).

La producción de textiles y la alfarería en barro blanco son de los principales rubros del pueblo lenca. Estas artesanías se unen a nuevas alternativas de ingresos como la elaboración de vinos, las frutas en almíbar y el turismo rural. Todo parece indicar que las dos ciudades gemelas comienzan a labrarse un nuevo futuro en beneficio de su población.

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