Bolivia evalúa la cuarentena ante el creciente desacato

Bolivia evalúa la cuarentena ante el creciente desacato

La presidenta interina Jeanine Áñez y su gabinete evaluaban el jueves la cuarentena que ya cumple 53 días en Bolivia ante el creciente desacato en las principales ciudades.

Además se han registrado manifestaciones en la ciudad de Cochabamba, en la región central, donde se amontona la basura en las calles por una protesta de vecinos de una barriada que piden la suspensión del aislamiento y mantienen cortado el acceso al relleno sanitario por tres días. En tanto, en la ciudad oriental de Santa Cruz, la más golpeada por la pandemia, 12 reclusos del penal fueron evacuados a un centro médico tras el fallecimiento de dos reos que tenían coronavirus. En poco más de una semana los contagios se han triplicado hasta 3.006 y 142 decesos.

En Chile la situación se agrava. El gran Santiago, con el 93% de sus camas para pacientes en estado crítico ocupadas, se acerca peligrosamente al colapso de su sistema de salud por el incremento explosivo de nuevos contagiados, que el jueves sumó por segundo día 2.659 enfermos y el mayor número de fallecidos en un día, de 22 personas. El país reporta 37.040 casos y 368 muertes.

“Estamos en un momento muy difícil”, señaló el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien informó que el gobierno adelantó a mayo los planes de expansión de camas de terapia intensiva previstas para junio.

Al darse a conocer las cifras ascendentes de muertos y contagiados, la presidenta del Colegio Médico chileno, Izkia Sichel, exhortó al gobierno a informar claramente a la ciudadanía que en los próximos días aumentarán los muertos por el virus y a reforzar los servicios de terapia intensiva y al personal de salud, que ya está sobrecargado de trabajo.

“Vamos a tener problemas… con las bolsas de los fallecidos. ¿Dónde se van a enterrar estos fallecidos? ¿Cuáles son los procedimientos funerarios? Tenemos que hablar con claridad”, advirtió.

Los cementerios ya se están preparando para una mayor demanda de tumbas debido a la crisis por la pandemia. Raschid Saud, director del cementerio general, confirmó al periódico La Tercera que ya habilitaron 1.000 sepulturas, “aunque ojalá no las usemos”. Otros cementerios del gran Santiago y de ciudades del interior siguen los mismos pasos.

Hasta el miércoles, la tasa de letalidad en Chile era de 1%, una de las más bajas de la región, pero especialistas locales estiman que subirá con el incremento de pacientes en estado crítico y la fuerte demanda sobre los servicios de salud. El mayor número de decesos hasta ahora era de 13 personas a comienzos de mes. El país aún no llega al nivel más alto de casos, que se estima alcanzará a fines de mayo y comienzos de junio.

Chile, que al comenzar marzo disponía de 1.200 ventiladores mecánicos, ha sumado periódicamente nuevos aparatos y espera llegar a 2.600 a fin de mes. Al jueves había 555 ocupados con pacientes enfermos de COVID-19 y 515 disponibles, precisó el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zúñiga. Las camas hospitalarias subieron de 28.000 a 32.000, según cifras oficiales.

El gran Santiago, con ocho millones de los 18 millones de habitantes, concentra el 83% de los contagiados, lo que obligó a imponer desde el sábado una cuarentena total en la ciudad. Mañalich atribuyó a “la falta de confianza” de la ciudadanía hacia el Estado la falla en el acatamiento de las medidas sanitarias.

“Ese clima nos ha jugado en contra”. señaló.

Chile vivió a partir de octubre un estallido social que derivó en multitudinarias protestas contra las desigualdades y a una caída al 6% en la aprobación del presidente Sebastián Piñera y a un 3% en el Congreso.

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