Bioplásticos… ¿Son buenos, malos o lo mismo?

Bioplásticos… ¿Son buenos, malos o lo mismo?

Cada minuto, el equivalente a un camión de basura lleno de plásticos llega al mar y cada año hasta 12 millones de toneladas de plástico acaban en nuestros océanos causando graves daños. Está claro que necesitamos cambiar esta situación, y que necesitamos alternativas.

A medida que salen a la luz cada vez más investigaciones sobre los efectos de usar demasiado plástico. Tanto consumidores como fabricantes buscan una alternativa para este material y los bioplásticos han aparecido como posible alternativa.

Pero ¿Son tan buenos los bioplásticos como los pintan? A primera vista, su nombre suena prometedor, con un prefijo que sugiere un producto respetuoso con el medio ambiente. La respuesta es complicada, no hay una respuesta unánime a esta pregunta. Podríamos decir que depende de muchos factores.

¿Qué es el bioplástico?

El bioplástico se refiere al plástico hecho de plantas u otros materiales biológicos en lugar de petróleo. Se suele denominar plástico de origen biológico.

Puede estar hecho de ácidos polilácticos (PLA, por sus siglas en inglés) presentes en plantas como maíz y caña de azúcar, o de polihidroxialcanoatos (PHA) producidos a partir de microorganismos. El PLA se emplea habitualmente en envases de alimentos y el PHA, en dispositivos médicos, como suturas y parches cardiovasculares.

El argumento a favor de los plásticos de origen biológico es el valor inherente de reducir la huella de carbono. Aproximadamente el ocho por ciento del petróleo del mundo se utiliza para fabricar plástico, según un articulo de National Geographic. Y los partidarios de los bioplásticos suelen hacer notorio la reducción de este uso como un beneficio importante. Este argumento se basa en la idea de que, si un artículo de plástico no libera carbono cuando se desecha, al degradarse, los bioplásticos añadirán menos carbono a la atmósfera porque básicamente devuelven el carbono que absorbieron las plantas al crecer.

NATIONAL GEOGRAPHIC

Entonces si en teoría son tan buenos  ¿Deberíamos usarlos?

Los bioplásticos necesitan (muchas veces) un proceso de fabricación complejo, con sus fábricas y contaminación similar a la que podemos encontrar en la fabricación del plástico convencional. Aunque los bioplásticos tienen una ventaja: que no derivan del petróleo, así que su impacto medioambiental en este sentido es más bajo.

Otro problema de los bioplásticos es que la mayoría proceden de alimentos como el almidón de maíz. Es decir, que para fabricar este tipo de bioplástico necesitamos cultivos con sus consiguientes fertilizantes, que acaban en ríos y lagos produciendo lo que se llama eutrofización y acificación del medio. Agregando a esto el gasto de agua para mantener el cultivo. Además que en un planeta donde aumenta la escasez alimentaria, estamos destinando parte del cultivo de maíz para fabricar envases.

¿Qué ocurre con ellos cuando acabamos de usarlos?

Otro argumento que se escucha a favor de los bioplásticos es que en teoría son compostables pero en realidad no es del todo cierto. Sí que es verdad que hay bioplásticos inventados que se biodegraden y composten al 100%, pero los que encontramos comúnmente en el mercado en forma de bolsas de basura o de la compra sólo se pueden compostar en condiciones industriales.

Hay muchos tipos de plásticos biodegradables, pero ninguno se degrada fácilmente en el medio marino. Sólo se degradan en condiciones industriales ya que necesitan procesos especiales, como por ejemplo exponerlos a altas temperaturas; condiciones que no se dan en el medio natural donde muy difícilmente se degradarán. Si acaban en ecosistemas marinos, funcionarán de manera similar a los plásticos fabricados con petróleo, descomponiéndose en fragmentos microscópicos, durando décadas y planteando un peligro para la vida marina. Además, estos materiales no frenarán la producción y el consumo masivo de plásticos, e incrementarán el sobreconsumo de recursos naturales, que son el origen de este problema.

Unsplash

Conclusión

Los bioplásticos son una buena idea, pero no son la solución. Lo que realmente necesitamos es aplicar soluciones efectivas para poder frenar el problema de la basura marina, del sobreconsumo de recursos y el de los plásticos en particular. Además los productos de bioplástico pueden acabar siendo un ejemplo de greenwashing. Una expresión acuñada por medioambientalistas que se refiere a casos en los que los consumidores son engañados respecto a la sostenibilidad del producto.

Como podran ver, esto de los bioplásticos es algo complejo. ¿Son malos? si y no ¿Son buenos? si y no. Son mejores que el plástico derivado del petróleo, pero no son la solución al problema. Son un parche que mal utilizado puede generar otro problema más.

Necesitamos un cambio real a nivel de sistema de producción y consumo ya que la mera sustitución de plásticos de un solo uso por otros materiales no será suficiente. Utilizar plásticos biodegradables u otros productos de un solo uso sólo alimentará falsas soluciones que impedirán solucionar la crisis de contaminación por plásticos a la que nos enfrentamos.

 

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