ITALIA
Silvio Berlusconi vuelve a ser protagonista. ¿El motivo? Unas polémicas declaraciones durante la cena de Navidad del Monza, equipo del que es propietario.
Durante su discurso el magnate prometió un «autobús lleno de prostitutas» para los futbolistas si consiguen ganar a un equipo grande.
«Hemos encontrado un nuevo entrenador, que era el entrenador de nuestro equipo Primavera: es bueno, simpático, educado y capaz de estimular a nuestros chicos», comenzó.
«Yo les he proporcionado una estimulación extra, porque a los chicos, que están aquí ahora, les he dicho: ahora llega la Juventus, el Milan, etcétera, y si ganáis a uno de estos grandes equipos os mandaré al vestuario un autobús de prostitutas», señaló Berlusconi ante su estupefacta novia, la diputada italiana Marta Fascina, que estaba a su lado.
Los presentes no pudieron hacer otra cosa que reír ante la ocurrencia del dueño del equipo. Las reacciones en la cena contrastan con las críticas que provocaron las palabras del mandatario italiano en las redes sociales.
Berlusconi, de 86 años, quiso reconocer la labor del nuevo entrenador que cogió al equipo en el descenso y ya lo ha situado en la 14ª posición, por lo que ha tirado de un «incentivo extra» para que continúe la buena racha del equipo. En enero se medirán a Milan y Juventus.
El exministro italiano compró el Monza en el año 2018 cuando el equipo estaba en la tercera categoría del fútbol italiano. No fue hasta el pasado verano cuando lograron el ascenso a la Serie A, algo que no se había conseguido desde hacía 110 años.
El chiste sin gracia, o la «battuta scherzosa», como la definió «il Cavaliere», hizo que las redes sociales ardieran recordando las ignominiosas fiestas «bunga-bunga» con prostitutas –algunas menores de edad– celebradas en la casa del mandatario en Milán cuando ejercía como presidente del Consejo de Ministros.
A aquellas fiestas, «veladas elegantes e inocentes», en palabras de Berlusconi, acudían selectos invitados, entre otros, políticos italianos y mandatarios extranjeros.
Berlusconi, sin embargo, fue condenado en 2013 a siete años de prisión por prostitución infantil después de que una de las mujeres llevadas a las fiestas, Karima El-Mahroug, denunciara que fue llevada a la casa cuando tenía menos de 18 años y mantuvo relaciones sexuales con él.
Además, denunció que el exprimer ministro italiano le ofreció 10.000 euros a cambio de su silencio.
El mandatario italiano logró zafarse de la prisión gracias a que el veredicto se anuló un año después con el argumento de que no conocía su edad.
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