La policía federal está en alerta máxima este jueves a raíz de un boletín de inteligencia emitido a principios de esta semana sobre un grupo de milicianos extremistas violentos que discutieron planes para tomar el control del Capitolio de Estados Unidos y sacar a los legisladores demócratas el 4 de marzo o alrededor de esa fecha. Esa fecha es la que, según algunos teóricos de la conspiración, el expresidente Donald Trump regresaría a la Presidencia.
Funcionarios estadounidenses alertaron el miércoles a los legisladores sobre una amenaza potencial, por la cual se ha mejorado la seguridad como precaución. La Cámara cambió su horario a la luz de las advertencias de la Policía del Capitolio y movió una votación planeada para el jueves al miércoles por la noche para evitar estar en sesión el 4 de marzo. Se espera que el Senado todavía esté en sesión debatiendo el proyecto de ley de ayuda para el covid-19.
La advertencia conjunta del FBI y el Departamento de Seguridad Nacional del martes subraya un esfuerzo más amplio de las agencias federales para evitar repetir los errores cometidos antes del 6 de enero, cuando los agentes fueron alcanzados por una turba violenta proTrump que irrumpió en el Capitolio. Esas fallas en el intercambio de inteligencia y la planificación han quedado al descubierto durante los últimos dos meses en varias audiencias y han sido un punto focal de críticas por parte de los legisladores que investigan el violento ataque que dejó varias personas muertas.
Los extremistas violentos también discutieron planes para persuadir a miles de personas para que viajen a Washington, para participar en el complot del 4 de marzo, según el boletín de inteligencia conjunto.
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