Toda la vida hemos escuchado la palabra autoestima. Se escucha de los padres, amistades, con suerte algunos maestros; aparece como tema de conversaciones, en la TV, en revistas y periódicos. Parece ser que tuviéramos dominado este tema, sin embargo, es uno de los problemas más frecuentes en la población, problema que conllevan síntomas de ansiedad, depresión, estrés, adicciones, etc. Entonces ¿dominamos en realidad lo qué es la autoestima? ¿sabemos de dónde proviene? Y sobre todo ¿sabemos cómo cuidar de ella?
Comprendiendo la autoestima
La autoestima es un concepto tan complejo como fundamental para el cuidado de la salud mental. Es el conjunto de creencias, percepciones, evaluaciones y pensamientos que tenemos acerca de nosotros mismos, una valoración que realizamos basándonos en nuestras experiencias.
La autoestima no es un elemento psicológico con el que nacemos. Se va construyendo desde nuestra primera infancia e influyen en su construcción los estilos de crianza, las relaciones sociales y la manera en la que se aprende. Esta etapa del desarrollo es de suma importancia para cultivar una percepción positiva de la autoimagen en la vida.
Es un constructo dinámico y cambiante, constantemente estamos participando en su evolución. La manera en la que influimos en nuestra autoestima va variando dependiendo de las etapas de la vida que estamos atravesando, dado que lo que hacemos y cómo gestionamos nuestras emociones tiene un impacto en cómo nos vemos y nos valoramos, además de ser un proceso único y personal.
¿Cómo trabajar la autoestima?
Hay tres pilares fundamentales para trabajar en la autoestima: a nivel cognitivo “lo que pienso”, a nivel afectivo “lo que siento”, a nivel conductual “lo que hago”. Estos tres planos son fundamentales para crear una buena autoestima, ya que es importante que estén en armonía.
Lastimosamente no hay un manual preciso para mejorar la autoestima ya que es un proceso tan único y personal, depende de cada persona. Pero se puede lograr un cambio significativo siguiendo consejos que están basados en la evidencia científica y siendo constantes.
- No somos perfectos: El objetivo nunca fue la perfección, es ser feliz. Así que debemos aceptar las cosas que no hacemos tan bien y aprender de ello. Y por supuesto, no restarle importancia a las cosas que sabemos hacer bien, sino valorarlas como se merecen.
- Empezar a pensar en positivo: Parece un tanto cliché pero forzarnos un poco a cambiar nuestro pensamiento y perspectiva de las cosas ayuda a salir de la dinámica negativa y de pronto abrir más oportunidades. Cambiar el ”no puedo” por “voy a intentarlo”, “voy a tener éxito” “me va a ir bien”.
- Poner metas realistas: Metas las cuales sepas que puedes cumplir. Se puede empezar con metas relativamente fáciles y luego gradualmente ir aumentando hasta conseguir lo que nos proponemos. Si fracasamos, aprendamos de ello sin culparnos de nuestros errores, ya que fallar es una manera de saber cómo hacerlo de manera distinta la siguiente vez. Atrévete a afrontar retos.
- No compararse: Cada persona es un universo, y tú eres el dueño del tuyo. Enfócate en ti, en tu vida, cosecha con lo que cuentas y luego compártelo con el resto. Todos tenemos algo que aportar de igual valor.
- Hazte críticas constructivas a ti mismo: Aprender a aceptar las críticas, que no afecten negativamente, y que todo lo que te digan sirva para mejorar, no para estancarse y culpabilizarse.
- Tratarse con cariño y respeto todo el tiempo: Aceptar el hecho que eres lo mejor, con todo y tus defectos. Que puedes mejorar y ser siempre la mejor versión de ti. Que te has perdonado y que mereces ser feliz.
- Regálate tiempo: Haz actividades que te hagan feliz. Que tu tiempo no solo este dedicado a los quehaceres y obligaciones del trabajo implícate en proyectos controlados por ti mismo. Es la mejor manera de encontrarse con uno mismo y descubrir facetas nuevas.
- Aprender a ser asertivos: A veces se vive caminando con peso innecesario, “relaciones que no aportan nada” “trabajos que no satisfacen” “hábitos que no nos gustan”. Para cambiar esto es necesario tomar cierto control sobre la situación y tomar las decisiones necesarias, pensar en positivo y tratar de cambiarlas. Aligerar el viaje.
COMENTARIOS