No hay bebida más icónica en un bruch que una mimosa. Un coctel hecho a base de jugo de naranja y champagne que suele asociarse con el lujo, la elegancia y el consentir a quien la está tomando.
Lo mejor es que al servirse durante el brunch, es decir al medio día, lo hace un perfecto acompañante para un par de huevos benedictinos, un quiche o bocadillos ligeros. Por eso, le pedimos a Luis, bartender de La Xampa, que nos enseñara a preparar una verdadera mimosa como todo un experto.
¿Cómo surgió la mimosa?
A ciencia cierta, como suele suceder con muchos de los cocteles clásicos, no se sabe quién inventó este trago. Mientras algunos apuntan a que nació en 1925 en el famoso Hotel Ritz de París a manos de Frank Meier, otros señalan que en realidad es una bebida bastante típica de la campiña francesa. Champagne, para ser exactos.
Su nombre proviene de la flor mimosa, que tiene el mismo color amarillo que la bebida, así que la hace la bebida perfecta para celebrar a mamá.
Lo mejor es que si no quieres quedar en bancarrota al usar champagne, puedes usar cualquier vino espumoso. Aquí te explicamos la diferencia. Lo importante es tener burbujas en tu copa.
¿Qué necesitas?
- Jugo de naranja
- Champagne o vino blanco espumoso frío
- Azúcar
- Un poco de cáscara de naranja
- Una copa de flauta o alta
¿Cómo hacerlo?
Escarcha la copa con azúcar
Sirve en partes iguales el jugo de naranja y el vino espumoso.
Adorna con la cáscara de naranja.
Algunos suelen cambiar el jugo de naranja por jugo de toronja o de durazno. También puedes hacer una versión colorida con jugo de arándano o uva.
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