TEGUCIGALPA, HONDURAS
A veces resulta un tanto abrumador acudir a los supermercados. Cada vez encontramos en ellos más opciones, y productos con un sinfín de presentaciones y denominaciones, también en el área de la fruta y la verdura. Palabras como «natural», «bio», «ecológico» u «orgánico» inundan los estantes, cuando lo que más nos interesa es obtener vitaminas, minerales y antioxidantes en cantidad.
Sin embargo, y por muy abrumador que parezca, hay quien piensa que estas etiquetas son vitales a la hora de comer de forma saludable. De hecho, existe una lista que se ha popularizado en los últimos tiempos entre los influencers de nutrición:»Los 12 sucios y los 15 limpios» o «Dirty dozen & clean fifteen». Se trata de una clasificación de vegetales, que expone los 12 con más pesticidas y que, por lo tanto, deberían ingerirse orgánicos, y los 15 con menos pesticidas, y que se podrían comer con tranquilidad, sean o no orgánicos.
¿Es esta lista interesante desde el punto de vista nutricional? ¿Deberíamos tenerla en cuenta a la hora de elegir nuestros alimentos? En CuídatePlus hemos contactado con Estefanía Roldán, nutricionista del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (Codinma) y con Rosa Baró, del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Cataluña (Codinucat) para que nos lo aclaren.
Diferencias entre «natural», «orgánico», «bio» y «ecológico»
Lo primero es entender esas etiquetas tan comunes en los vegetales de supermercado. Roldán nos explica su significado:
- La denominación «natural» es algo general y no existe legislación que limite su uso. Casi cualquier producto puede llevar esta etiqueta.
- Un alimento «orgánico» es aquel que está cultivado sin afectar a las características del suelo, sin emplear pesticidas ni fertilizantes, proporcionando ambientes seguros para la ganadería y reduciendo la contaminación. Eso sí, estos productos pueden haber sufrido modificaciones genéticas.
- Los «ecológicos» son los cultivados de manera natural sin intervención artificial, es decir, sin fertilizantes ni pesticidas, respetando el medio ambiente. Su producción (en Europa) se rige por la regulación de la Unión Europea.
- Los alimentos «biológicos» o “bio”, son aquellos que se han cultivado sin ninguna modificación genética.
Cuáles son los vegetales con más y menos pesticidas
A continuación, la lista actualizada que se ha hecho viral en Internet, y que publica cada primavera, desde 2004, el Grupo de Trabajo Medioambiental (EWG por sus siglas en inglés). Su grupo de expertos evalúa los vegetales cultivados de forma convencional para detectar cuáles son los que contienen más pesticidas (sucios), y que deberían consumirse orgánicos, y cuáles son los que contienen pocos o ninguno (limpios), y que se consideran óptimos para su consumo de manera normal.
Los 12 ‘sucios’
- Fresas.
- Espinacas.
- Col rizada.
- Nectarinas.
- Manzanas.
- Uvas.
- Melocotones.
- Cerezas
- Peras.
- Tomates.
- Apio
- Papas
Los 15 ‘limpios’
- Aguacates.
- Maíz dulce.
- Piña.
- Cebollas.
- Papaya.
- Guisantes.
- Berenjena.
- Espárragos.
- Coliflor.
- Melón.
- Brócoli.
- Champiñones.
- Repollo.
- Melón verde.
- Kiwi.
Para Roldán, esta lista es interesante, por ser «una herramienta sencilla y visual que nos ayuda a priorizar la compra de ciertos alimentos orgánicos, mientras que podemos seguir comprando como habitualmente hacemos los 15 limpios».
Y es que, según la nutricionista, aunque el debate de si ciertos productos orgánicos o ecológicos son «mejores» que los convencionales está aún abierto y con mucha investigación en curso, sí existen estudios que han visto beneficios en consumir alimentos orgánicos. «Se ha visto aumento de algunos nutrientes, como ciertos antioxidantes o ácidos grasos omega-3, gracias a la alimentación de la ganadería orgánica, y la disminución de la presencia de metales tóxicos y pesticidas. Así, la elección de estos productos dependerá, por ahora, de cada uno y de la conciencia con el medio ambiente y el cuidado de su organismo. Es importante destacar los productos orgánicos suelen ser algo más caro que los convencionales».
Sin embargo, Baró invita a investigar algo más antes de decantarnos «con los ojos cerrados» por la opción orgánica o ecológica: «en España la mayor producción de agricultura ecológica se encuentra en la provincia de Almería, en régimen intensivo bajo los mares de plástico típicos de la agricultura industrializada (invernaderos y cámaras de maduración), pero cumpliendo con la normativa europea de fertilizantes y pesticidas. Además, encontramos una gran importación, con su consiguiente huella de carbono. Al comprar alimentos orgánicos, en general no tenemos garantía de que contengan más nutrientes, ni de tener menor impacto ambiental, ni mayor seguridad alimentaria, ni de que tengan mejor sabor».
¿Qué es lo más importante a la hora de elegir los vegetales?
Ambas nutricionistas coinciden en que otros factores influyen mucho más en la calidad nutricional de los alimentos que ingerimos. Baró insiste en que no debemos obsesionarnos con los productos ecológicos, «lo que es importante es elegir buena materia prima, de proximidad, de temporada, fresca y cocinada por nosotros».
Coincide en ello Roldán, que resalta que, además, las frutas de temporada siempre «estarán más buenas y tendrán más vitaminas que las producidas artificialmente en un invernadero». Según la nutricionista, «tampoco debemos dejarnos engañar por el marketing de las frutas y verduras más bonitas y brillantes, que a menudo han sido enceradas para atraer al consumidor». Y, siempre que podamos, mejor comer las frutas y verduras enteras, disfrutando de todo su sabor y fibra,ya que esta última se pierde al hacer un zumo.
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