Entender los trastornos y enfermedades mentales contribuye en gran medida a reducir el estigma que rodea a estos. El estigma de la enfermedad mental suele ser una de las partes más difícil de sobrellevar, y por esta razón, aprender a separar el mito de la realidad puede marcar la diferencia. En este articulo nos enfocaremos en los ataques de pánico.
Un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso que provoca reacciones físicas graves cuando no existe ningún peligro real o causa aparente. Cuando se presenta un ataque de pánico, puedes sentir que estás perdiendo el control, que estás teniendo un ataque cardíaco o, incluso, que vas a morir. Suelen comenzar de forma súbita, sin advertencia. Pueden aparecer en cualquier momento: cuando estás conduciendo, en un centro comercial, cuando estás profundamente dormido o en medio de una reunión de negocios. Puedes tener ataques de pánico ocasionales o con frecuencia.
Muchas personas tienen solo uno o dos ataques de pánico en toda su vida, y el problema quizás desaparece cuando se resuelve una situación estresante. Sin embargo, si tienes ataques de pánico inesperados y recurrentes, y pasas mucho tiempo con miedo constante de sufrir otro ataque, es probable que tengas una afección llamada «trastorno de pánico».
A pesar de que los ataques de pánico en sí mismos no ponen en riesgo la vida, pueden provocar mucho miedo y afectar, de manera significativa, tu calidad de vida.
Hoy compartimos algunos mitos sobre los ataques de pánico, que ismorbo.com ha demostrado
Los ataques de pánico son una excusa para no trabajar o por la búsqueda de atención.
Los ataques de pánico no son el resultado de personas que “simplemente no quieren hacer el trabajo” o que “eligen” tener ataques de pánico para hacerse las víctimas. Esta es una narrativa totalmente incorrecta e increíblemente dañina. El trastorno de pánico es una enfermedad muy real, y las personas que lo padecen a menudo experimentan ataques de pánico de forma totalmente inesperada y sin relación con sus vidas. Los ataques de pánico están totalmente fuera del control del individuo y dan lugar a intensos síntomas físicos que pueden imitar graves condiciones que amenazan la vida. No son el resultado de “defectos de carácter” o de un comportamiento de búsqueda de atención.
Experimentar ansiedad y tener un ataque de pánico es lo mismo
Sentirse abrumado y ansioso es a menudo lo que más se acerca a un ataque de pánico para muchas personas, lo que puede llevar a comparaciones perjudiciales e insensibles. La verdad es que todos sentimos ansiedad. Pero la mayoría de nosotros no experimentamos los aterradores síntomas físicos de miedo abrumador que acompañan a los ataques de pánico. Y muchas menos personas hemos experimentado la naturaleza recurrente e inesperada de los ataques de pánico, que implica síntomas físicos recurrentes que afectan el funcionamiento y la calidad de vida.
Los ataques de pánico son una reacción exagerada al estrés o la ansiedad crónicos
Aunque el estrés y la ansiedad pueden provocar ataques de pánico, llamar a los ataques de pánico una “reacción exagerada” sugiere que está dentro del control de quienes padecen el trastorno de pánico reaccionar adecuadamente. Pero para quienes padecen un trastorno de pánico, no se trata de una reacción exagerada. Los sentimientos de terror son muy reales y se producen sin previo aviso. Además, los ataques de pánico pueden ocurrir sin estrés asociado, sucediendo en cualquier momento y aparentemente sin razón.
Solo las personas diagnosticadas con una enfermedad mental experimentan ataques de pánico
Nadie es inmune a los ataques de pánico. Si bien es cierto que algunas personas pasarán toda su vida sin tener un episodio de este tipo, no existe un factor único determinante que decida quién desarrolla un trastorno de pánico y quién no. Cualquiera puede experimentar un ataque de pánico, incluso sin un diagnóstico de enfermedad mental. Se desconoce la causa de los ataques de pánico o del trastorno de pánico pero estos factores pueden influir:
- La genética
- Un alto nivel de estrés
- Un carácter que es más sensible al estrés y proclive a las emociones negativas
- Ciertos cambios en la manera en que funcionan las partes del cerebro
Lo único que necesita alguien con un ataque de pánico es un trago o un poco de marihuana
Si bien la automedicación es común entre las personas con trastornos de ansiedad, no es un tratamiento eficaz. Un trago (o dos) puede hacerte pasar un evento social con un mínimo de ansiedad, pero cualquier automedicación (ya sea con alcohol, marihuana, otras drogas o cigarrillos) es solo otra forma de evitar un trastorno en lugar de tratarlo. A largo plazo, la automedicación puede ser perjudicial de otras maneras.
Si bien es cierto, el ataque de pánico es inminente y muchas veces sin ninguna aparente causa, si empieza a convertirse en recurrente es fundamental pedir apoyo. Finalmente, acudir a psicólogo para que pueda ayudarnos y elaborar un plan de intervención es de gran importancia.
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