5 trucos para superar la pereza de hacer deporte

5 trucos para superar la pereza de hacer deporte

Después de un duro día de trabajo, encima está lloviendo, y esta noche no has dormido nada, seguro que lo último que te apetece es salir a hacer deporte. Pero bueno, es uno de los objetivos que te has propuesto este año y nada puede impedir que lo cumplas. Para eso te damos una ayudita, ¡apunta!

1. BÚSCATE UN COMPAÑERO

Para estos casos es mejor hacer deporte en compañía, si un día dudas sobre ir a hacer ejercicio la otra persona tirará de ti y al revés. Además de apoyaros mutuamente cuando estéis a punto de morir de cansancio, o cuando creas que no puedes más. Parece que no, pero unas palabras de motivación son muy útiles.

2. REPASA TUS OBJETIVOS

Esto es muy común, en esos momentos en los que la vida te puede y mandas a freír espárragos al running y a todo lo que suponga hacer un esfuerzo, recapacita. Piensa qué es lo que te propusiste y lo que quieres conseguir. De igual forma con la dieta, sí, esa croqueta te está llamando pero tienes que ser fuerte.

3. HAZ ALGO QUE TE DIVIERTA

No hay nada peor que hacer un deporte que te aburra soberanamente. Si no te gusta salir a correr, no tienes que correr, hay infinidad de ejercicios y entrenamientos perfectos para estar en forma. ¿Has pensado en bailar? Mover las caderas también quema calorías.

4. NO TE PONGAS METAS IMPOSIBLES

Si llevas tiempo sin hacer ejercicio no pienses que de la noche a la mañana vas a tener el cuerpo de la ‘fitgirl’ que sigues en Instagram. Las cosas llevan su tiempo y la constancia es lo más importante. Empieza por cosas más simples, por ejemplo, “Ni un solo día sin ejercicio”. Es decir, vete andando siempre que puedas, al día siguiente baja al gimnasio, haz running, unas sentadillas en casa… Superarse cada día es muy gratificante.

5. ESCUCHA A TU CUERPO

No puedes pasar del sedentarismo a la obsesión, para incluir el deporte en tu vida debes hacerlo de forma gradual. Si no pueden venir lesiones o puede ser que rápidamente te olvides de esta idea. Lo mejor es hacer caso a tu cuerpo, ver dónde están tus límites y poco a poco subir el listón.

Siempre que empezamos a hacer deporte, cuesta, no vamos a engañarnos. Después de un duro día de trabajo, encima está lloviendo, y esta noche no has dormido nada, seguro que lo último que te apetece es salir a hacer deporte. Pero bueno, es uno de los objetivos que te has propuesto este año y nada puede impedir que lo cumplas. Para eso te damos una ayudita, ¡apunta!

1. BÚSCATE UN COMPAÑERO

Para estos casos es mejor hacer deporte en compañía, si un día dudas sobre ir a hacer ejercicio la otra persona tirará de ti y al revés. Además de apoyaros mutuamente cuando estéis a punto de morir de cansancio, o cuando creas que no puedes más. Parece que no, pero unas palabras de motivación son muy útiles.

2. REPASA TUS OBJETIVOS

Esto es muy común, en esos momentos en los que la vida te puede y mandas a freír espárragos al running y a todo lo que suponga hacer un esfuerzo, recapacita. Piensa qué es lo que te propusiste y lo que quieres conseguir. De igual forma con la dieta, sí, esa croqueta te está llamando pero tienes que ser fuerte.

3. HAZ ALGO QUE TE DIVIERTA

No hay nada peor que hacer un deporte que te aburra soberanamente. Si no te gusta salir a correr, no tienes que correr, hay infinidad de ejercicios y entrenamientos perfectos para estar en forma. ¿Has pensado en bailar? Mover las caderas también quema calorías.

4. NO TE PONGAS METAS IMPOSIBLES

Si llevas tiempo sin hacer ejercicio no pienses que de la noche a la mañana vas a tener el cuerpo de la ‘fitgirl’ que sigues en Instagram. Las cosas llevan su tiempo y la constancia es lo más importante. Empieza por cosas más simples, por ejemplo, “Ni un solo día sin ejercicio”. Es decir, vete andando siempre que puedas, al día siguiente baja al gimnasio, haz running, unas sentadillas en casa… Superarse cada día es muy gratificante.

5. ESCUCHA A TU CUERPO

No puedes pasar del sedentarismo a la obsesión, para incluir el deporte en tu vida debes hacerlo de forma gradual. Si no pueden venir lesiones o puede ser que rápidamente te olvides de esta idea. Lo mejor es hacer caso a tu cuerpo, ver dónde están tus límites y poco a poco subir el listón.

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