EOOS ha desarrollado un prototipo para un «vehículo utilitario con cero emisiones», o ZUV (Zero-Emissions Utility Vehicle), que se puede imprimir en 3D localmente en lugar de tener que enviarse a todo el mundo.
Creado por EOOS NEXT, el brazo de diseño social del estudio austriaco EOOS, el vehículo fue encargado para la exposición ‘MAK’s Climate Care’ como parte de la ‘Vienna Biennale for Change’. El triciclo está hecho de 70 kilogramos de residuos de envases de plástico procedentes de los supermercados.
«Debido a los altos costos laborales en Europa, casi todos los marcos de bicicletas se producen en Asia. Pero queremos una instalación de producción local de ZUV en todas las ciudades del mundo». «Queríamos diseñar en torno a una producción local y asequible», dijo el fundador de EOOS, Harald Gründl.
Creado en colaboración con la empresa de fabricación aditiva The New Raw, el ZUV funciona a través de un motor de cubo de rueda trasera sin la necesidad de pedales o cadena de bicicleta.
Para producir el diseño simplificado, Gründl imaginó un ciclo económico local, que permitiría a los usuarios imprimir en 3D el chasis de polipropileno en un laboratorio con impresión robótica a gran escala. Desde ese punto, podían ir a cualquier taller de bicicletas para atornillar un motor en su posición predefinida junto al manillar, los frenos y las tres ruedas.
Esto permitiría reparar y reemplazar componentes individuales cerca de casa para extender la vida útil del vehículo. Y, en última instancia, el chasis podría triturarse y reimprimirse para formar otro ZUV. «Lo que imaginamos es una economía circular de movilidad», explicó Gründ.
«Es mucho más fácil cerrar el ciclo si lo haces localmente en lugar de enviar barcos llenos de desperdicios como lo hacemos hoy, lo cual es estúpido».
Incluso el proceso de impresión 3D en sí fue diseñado para minimizar el desperdicio, ya que The New Raw utiliza maquinaria personalizada construida a partir de un robot industrial en desuso. Esto es capaz de imprimir capas diagonales en lugar de verticales u horizontales, lo que significa que no se necesita desperdiiar producto adicional para soportar la estructura mientras se imprime.
A pesar de su diseño compacto, que pesa solo 100 kilogramos, el ZUV puede llevar a dos adultos en su asiento de banco junto a dos niños o una cantidad equivalente de carga en la caja de transporte en la parte delantera.
La esperanza es que pueda ayudar a cumplir con algunos de los viajes de corta distancia y carga pesada, para los que tradicionalmente usamos un automóvil por defecto. Por lo que hace el trabajo para muchos de los viajes que queremos hacer en una ciudad», dijo Gründ.
«Un vehículo liviano tiene la ventaja de tener menos esfuerzo en la producción pero también usa menos energía para transportar personas», agregó. «Cuanto más sostenible quiera hacer un sistema de movilidad, menos peso debería tener».
Si el vehículo eléctrico final realmente tendrá «cero emisiones» en uso depende de la combinación de energía en la ciudad donde se carga y de la cantidad que proviene de fuentes renovables. Al hacer uso de materiales de desecho y fabricación local, Gründ también espera que el proyecto contribuya a reducir las emisiones asociadas con la producción del vehículo eléctrico en primer lugar.
«La reutilización de plásticos posconsumo es un gran paso hacia las emisiones netas de carbono cero», dijo Gründ. «Cada vehículo nuevo será, en cierto modo, neutro en carbono siempre que la impresora 3D funcione con energía procedente de fuentes renovables».
Esto no tiene en cuenta las emisiones asociadas con la producción de envases de supermercado en primer lugar, que solo podrían evitarse si la industria se alejara de los plásticos de un solo uso.
Pero Gründ sostiene que el reciclaje elimina las emisiones al final de su vida útil cuando se incinera el plástico. «Cuando el plástico de los supermercados en Viena se va a reciclar, simplemente lo están quemando», dijo. «Y esto crea otras tres toneladas de emisiones de CO2, que podríamos evitar».
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