Xiomara Castro, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), hace historia este 27 de enero al asumir, como la primera mujer en llegar a la Presidencia de Honduras, un país donde proliferan las actitudes machistas y con altos índices de violencia contra las mujeres.
«La victoria de la primera mujer presidenta en Honduras representa un gran paso en la influencia que estamos ejerciendo las mujeres en diferentes aspectos sociales y políticos», ha dicho a Efe la titular del Comisionado de Derechos Humanos, Blanca Izaguirre.
La nueva presidenta llega al poder 67 años después de la conquista más importante en la vida política de las mujeres: que les reconocieran el derecho a votar en las elecciones generales.
«Hace 67 años que se nos permitió votar, el camino para una mujer en Honduras no ha sido fácil, pero hoy es trascendental y ocupamos los cargos necesarios para lograr los cambios que anhelamos», ha subrayado Izaguirre.
Fue el 25 de enero de 1955, durante la Administración de Julio Lozano, cuando se emitió el decreto para que las mujeres votaran, lo que pudieron hacer para elegir al presidente José Ramón Villeda Morales (1957-1963), quien fue derrocado el 3 de octubre de 1963 cuando estaba por concluir su mandato de seis años.
En Honduras impera «una cultura machista»
Castro, administradora de empresas y casada con el expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009 cuando promovía reformas constitucionales que la ley le impedía, dirigirá Honduras hasta el 27 de enero de 2026, tras ganar las elecciones del 28 de noviembre pasado con un amplio margen, y sustituye en el cargo a Juan Orlando Hernández, quien ha gobernado el país desde 2014.
Izaguirre, quien también es la primera mujer que rectora el Comisionado de Derechos Humanos en Honduras, augura un «futuro prometedor» a Castro, de 62 años, aunque afirma que tendrá «grandes desafíos» en un país en el que impera «una cultura machista».
La mujer en Honduras es víctima de «misoginia y campañas de desprestigio y discriminación», ha señalado la defensora del pueblo, quien ha reclamado para las mujeres más espacios de participación para la toma de decisiones políticas, económicas y sociales.
Honduras registra «un avance significativo» en la participación de la mujer en política, pero ellas todavía siguen sufriendo violencia, desapariciones forzadas, violaciones, represión e intimidación debido a la «indiferencia de muchas autoridades», ha señalado.
Pocas oportunidades
En Honduras, con 9,5 millones de habitantes, más del 51 % son mujeres, pero eso no se ve reflejado en los círculos de poder debido a la inequidad y falta de oportunidades que padecen muchas de ellas, en un país centroamericano donde además sufren violencia de género.
El Reglamento de Paridad establece que los partidos deben integrar en sus plantillas de elección al menos el 50 % de participación de mujeres, pero en el Parlamento hondureño ellas tienen en este período una representación del 26,6 %.
La coordinadora del Programa de Fortalecimiento del Derecho a decidir de las Mujeres, Regina Fonseca, ha dicho a Efe que la falta de oportunidades para las mujeres tiene que ver con «la lógica patriarcal».
«Las mujeres somos el producto más sofisticado del patriarcado porque ayudamos a reproducir esa lógica», ha lamentado.
Fonseca ha destacado la necesidad de superar la desigualdad social, económica, política y cultural que afecta a las mujeres y, para ello, se debe impulsar una «cultura de respeto y reconocimiento».
Expectativas de organizaciones feministas
Sobre la llegada de la primera mujer a la Presidencia de Honduras 67 años después de lograr el derecho al voto, ha señalado que eso solo evidencia cómo está «enraizada la cultura patriarcal» en el país.
Ha agregado que las organizaciones feministas tienen «grandes expectativas y esperanza» de que la situación de las niñas y mujeres en Honduras mejore cuando Xiomara Castro asuma el mando del Ejecutivo.
La también directiva del Centro de Derechos de Mujeres de Honduras tiene claro que pese a la llegada de la primera mujer a la Presidencia, «todavía falta muchísimo por hacer» para prevenir y eliminar toda forma de violencia en su contra.
Los problemas que afectan a las mujeres hondureñas «no se resuelven solo con la llegada de ella (Xiomara Castro), se necesitan cambios culturales progresivos», ha señalado Fonseca.
Ha indicado además que erradicar la violencia de género es uno de los grandes problemas que enfrenta Honduras, donde más de 320 mujeres murieron de forma violenta en 2021, según organizaciones feministas.
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