Como cada noviembre, con la nueva edición de Paris Photo, París se convierte en la capital mundial de la fotografía. Un encuentro ineludible que reúne a artistas, galeristas, coleccionistas, distintos profesionales y entusiastas de la fotografía bajo un cielo parisino. Con toda una gama de obras innovadoras y distintivas del momento nunca antes disponibles para la venta.
Pero este año los expositores de la feria decidieron destacar dos grandes hechos de la variedad de trabajos que se mostraron este año. Primero, la fotografía es cada vez más un juego de mujeres. Con una gran cantidad de nuevos trabajos creados por mujeres que exploran la experiencia cambiante de la feminidad desarrollada a partir de la mirada masculina. En segundo lugar, se subraya un hecho que los aficionados a la fotografía han debatido durante algún tiempo; que los artistas de Japón, antiguos y nuevos, continúan impulsando el cambio y estableciendo los estándares en este medio artístico tan cambiante.
© Miho Kajioka | Cortesía: Polka Galerie
Ambos hechos nunca serán más evidente que en la obra sublime de Miho Kajioka, un nombre relativamente nuevo en los círculos fotográficos japoneses, pero respaldado por galerías de alto renombre, con pequeñas impresiones de su trabajo a la venta desde 950 €.
Kajioka, de 48 años, empezó trabajando como periodista de noticias. Pero el terremoto y el tsunami que devastaron Japón en 2011 provocaron un compromiso con el arte fotográfico. Dos meses después del desastre, Kajioka informaba desde la ciudad costera japonesa de Kamaishi, donde murieron más de 800 personas.
En medio de la recopilación de noticias, se encontró mirando el crecimiento de rosas silvestres mientras florecían junto a las ruinas destruidas de un edificio. Al mismo tiempo, un grupo de pavos reales continuaba cortejándose en las devastadas calles de la ciudad. Presenta sus fotografías como una «nube» – exquisitos grabados de cuarto oscuro que representan: sueños a medio capturar; visiones de la vida natural japonesa; pájaros, nubes, plantas, animales domésticos y salvajes, todo atestiguando la forma en que transcurre la vida.
No es mi intención introducir una nota pesimista o romantizar la tragedia. Siempre ha habido problemas, y las cosas bellas siempre han permanecido bellas … – Miho Kajioka.
Las nuevas voces femeninas reviviendo el arte de la fotografía
Sin embargo, las voces más recientes de la fotografía pertenecen a la sección ‘Curiosa’ de Paris Photo y es aquí donde las voces femeninas pasan a primer plano. Empezando por las fotografías humedas e hiper-saturadas de cuerpos femeninos y plantas tropicales de la fotógrafa londinense Maisie Cousins, exhibidas en el stand de TJ Boulting.
© Maisie Cousins | Cortesía: TJ Boulting
Mientras que Webber Gallery muestra un nuevo portafolio de trabajo del artista estadounidense Zora Murff. Un estudio inquebrantable de cómo la supremacía blanca continúa perturbando el destino de los ciudadanos negros de Estados Unidos. Y aunque quien esta detrás de la cámara es un hombre son las mujeres afroamericanas retratadas que a menudo utiliza como puentes para transmitir este fuerte mensaje.
© Zora J Murff | Cortesía: Webber Gallery
Otra nueva voz, una que nunca antes había exhibido en París, es Gosette Lubondo. Una fotógrafa de 28 años de la República Democrática del Congo que ha fotografiado una antigua escuela fundada en 1936 por misioneros y ubicada en la actual central de Kongo. La escuela fue abandonada a todos los efectos y la herencia del pasado se redujo a un lugar fantasmal. Para la artista, revivir la escuela es una forma de preservar la memoria de este lugar, que considera parte del “patrimonio histórico, colonial y poscolonial” de su país.
© Gosette Lubondo | Cortesía Angalia
Pero una de las mujeres que más ha dado de hablar en Paris Photo es la fotógrafa londinense, nacida en Valencia, Almudena Romero. Con su serie ‘The Pigment Change’, que funciona como un testimonio polivalente de su propia historia, de la naturaleza y del efímero ir y venir de nuestro tiempo en este planeta. Porque Romero crea obras en vivo, fotografías orgánicas que nacen y morirán en el transcurso de la feria.
Un retrato de su abuela, que murió el día de la inauguración de la exposición Rencontres d’Arles de Romero este año, es visible en las fotografías de hoy, rodeada de su familia. Sin embargo, la imagen en sí es visible a través de un enorme lecho de berros. Las plantas mismas, en pequeños incrementos de verde, trazán los detalles del rostro de su abuela. Romero ha descubierto cómo crear imágenes fotográficas a través de la fotosíntesis, convirtiendo literalmente plantas en fotografías o viceversa.
© Almudena Romero | Cortesía BMW
Su obra es considerada arte de guerrilla, debido que para crear sus obras en vivo en París, tuvo que traer semillas a París desde Londres. Pero, al llegar al Eurostar se le prohibió viajar con las semillas por regulaciones. Así que Romero regresó a su estudio de Londres, compró unas almohadas de viaje, les descosió el forro y las llenó de semillas. Pasó de contrabando los berros a París, relajándose en sus almohadas de viaje mientras el tren atravesaba el túnel. ¡Brillantemente ejecutado!.
Los coleccionistas estaban comprando su trabajo antes de la inauguración oficial de la feria; esperemos que estas creaciones de corta duración tengan una larga existencia en el mundo del arte.
© Almudena Romero | Cortesía BMW
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