Brasil recibió este jueves un millón de dosis de la vacuna de Pfizer, la primera remesa de un contrato de 100 millones de unidades con las que el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro busca acelerar el lento proceso de inmunización en uno de los países del mundo más afectados por la pandemia.
La carga, fabricada en Bélgica por la empresa alemana BioNTech y la farmacéutica estadounidense Pfizer, llegó al aeropuerto internacional de Viracopos, en Campinas, en el interior del estado de San Pablo, y será distribuida por todo el país entre este viernes y el sábado, debido a las exigencias de almacenamiento.
El año pasado, durante la primera ola de la pandemia, el Gobierno brasileño rechazó una oferta inicial para la adquisición de 70 millones de dosis de Pfizer, el primer antígeno en obtener registro oficial por parte del regulador sanitario en el país sudamericano.
Bolsonaro, uno de los líderes más negacionistas sobre la gravedad del virus, llegó a criticar públicamente las propuestas del contrato de Pfizer, dado que el laboratorio no quiere asumir responsabilidades en caso de efectos adversos, y se opuso a su compra en un primer momento.
El Gobierno, sin embargo, acabó cediendo ante el agravamiento de la crisis sanitaria en el país y cerró este año un acuerdo con la compañía, en momentos en los que la vacunación avanza a marcha lenta en el país debido a la falta de dosis.
Actualmente Brasil cuenta con las vacunas desarrolladas por el laboratorio chino Sinovac y por la Universidad de Oxford junto con AstraZeneca, pero los inmunizantes disponibles no son suficientes para proteger a toda la población.
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