Has notado que tus manos están resecas y ásperas por tanto lavarlas con jabón o usar mucho gel antibacterial con altas cantidades de alcohol. Aunque no lo creas, hidratarlas correctamente también te ayudará a mantener las bacterias y virus alejados de tu sistema.
¿Por qué? Las manos partidas por la resequedad o con heridas abiertas, son más propensas a sufrir una infección, pues la piel que nos protege se dañó. Por eso es de suma importancia que después de lavarte las manos por 20 segundos, apliques una capa de hidratante para mantener la piel de tus manos en buen estado y cumpla su función de barrera contra gérmenes e infecciones.
Lo más recomendable es utilizar cremas o emolientes hidrantantes sin perfume y sin alcohol para que no siga resecando tus manos. Las cremas que venden en las farmacias como Vasenol, Lubriderm o Eucerin son perfectas para cuidar tus manos.
“Las cremas hidratantes funcionan al bloquear la humedad existente, por lo que el momento ideal para aplicarlas es después de lavarte las manos, cuando la piel está hidratada”, dijo al Washington Post el doctor especializado en enfermedades infecciosas Preeti Malani.
Lo más importante es que no compartas tu crema con nadie más, pues de nada habrá servido lavar tus manos. Hay gente que incluso tiene contacto directo con la boquilla del tubo de crema y se alojan ahí las bacterias. Así que intenta tocar lo menos posible el empaque y, si lo vas a compartir, desinféctalo constantemente.
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