TEGUCIGALPA, HONDURAS
El expresidente Porfirio Lobo Sosa manifestó este viernes que es inocente de señalamientos por delitos de narcotráfico, aunque confesó que “otros pecados” porque es un ser humano.
Lobo Sosa llegó a la sede del Tribunal de Sentencia en la continuación de la audiencia inicial en su contra en el sonado Caso Pandora II.
Los periodistas que cubren la fuente judicial le interrogaron sobre los señalamientos de narcotráfico que salen en los juicios en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
“Sé que no debo nada, no me pueden acusar que en mi gobierno se favoreció a ningún narcotraficante, yo los perseguí y se aprobó la Ley de Extradición”, rememoró.
Añadió que “puede que tenga otros pecados por ahí porque soy ser humano, no soy narcotraficante ni delincuente”.
El exmandatario hondureño contó que se presentó en dos ocasiones al Ministerio Público para ver si había un requerimiento en su contra por cargos de narcotráfico.
Asimismo, confirmó que su abogado en Estados Unidos está en contacto permanente con la Fiscalía de EEUU y que está dispuesto a una investigación para esclarecer estos señalamientos.
Los delincuentes pueden decir lo que quiera, pero tienen que probarlo con la realidad, sostuvo,
Consultado sobre si su hijo Fabio Lobo sería un testigo en el juicio de su sucesor presidencial, Juan Orlando Hernández (2014-2022), contestó que desconoce de esto, recordando que él no sabía de sus actividades.
“Yo sólo atiendo a mis nietos, les he apoyado en sus estudios, han logrado salir adelante, ellos no tienen nada que ver por lo que ha hecho sus papas”, respondió.
Asimismo, fue interrogado sobre la posibilidad de que el expresidente Hernández haya mandado asesinar a su otro hijo Said Lobo Bonilla, contestó que es una conjetura dedicada.
“Yo no sé nada, es natural, se sacan conjeturas, pero son cosas delicadas porque se trata de su hijo y no puedo tirar rumores”, opinó.
Lobo Sosa dijo que no puede acusarlos porque la muerte de su hijo con el juicio de Juan Orlando Hernández son cosas diferentes.
Anheló que las autoridades indaguen hasta el final en averiguar donde se originó la muerte de su hijo y quienes fueron los responsables intelectuales.
Confesó que durante la administración de Juan Orlando Hernández, su familia fue agredida por su persona al permitir un allanamiento ilegal en su residencia como un proceso judicial contra su esposa Rosa Elena Bonilla.
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