Un equipo de investigadores australianos anunció que ha decidido probar a gran escala una vacuna utilizada durante décadas contra la tuberculosis para comprobar si puede proteger al personal sanitario del coronavirus.
La prueba de esta vacuna, el BCG, se hará entre unos 4.000 trabajadores de hospitales australianos para verificar su capacidad de reducir los síntomas de la COVID-19, precisaron los investigadores del Instituto Murdoch en Melbourne.
“Aunque originalmente se desarrolló contra la tuberculosis y aún se administra a más de 130 millones de bebés cada año, el BCG también aumenta la capacidad inmunológica básica del organismo, ayudándolo a responder a los gérmenes con más fuerza”, precisaron estos investigadores en un comunicado.
En la búsqueda para encontrar una vacuna para prevenir el COVID-19, los científicos tienen como idea principal que el sistema inmunitario detecte el material y libere los anticuerpos para atacarlos, como funcionan las mayorías de las vacunas.
La vacuna de la BCG, que se aplica a los recién nacidos, puede ofrecer protección hasta los 60 años. Sin embargo, los científicos no tienen claro si los adultos que ya fueron inyectados como niños obtienen protección contra el SARS COV 2, porque aún faltan pruebas para comprobarlo.
Los expertos piensan que la razón por la cual la vacuna BCG actúa como un refuerzo inmunitario general es porque es una vacuna ‘viva’. Esto significa que está hech con una versión debilitada del organismo que causa la tuberculosis.
“Esperamos que haya una reducción en la frecuencia y gravedad de los síntomas de la COVID-19 para el personal sanitario que se haya vacunado con BCG”, explicó el jefe del equipo, Nigel Curtis.
Peter Openshaw, profesor de medicina en el Imperial College de Londres, dijo que la vacuna BCG puede ser efectiva porque “el nivel de alerta permanece alto durante semanas o meses después de recibir la vacuna”. A su vez, “significa que es menos probable que contraiga infecciones durante ese período porque es más probable que el sistema inmunitario responda muy rápidamente si detecta un invasor extraño”.
También se harán pruebas similares en otros países, como Países Bajos y Alemania. En Países Bajos, los expertos llamaron a voluntarios para probar este ensayo contra el coronavirus de la Universidad de Radboud. Asimismo, lo probarán con 1.000 trabajadores de la salud para ver si el método australiano funciona o no.
«Tenemos que pensar en todas las formas posibles en que podemos proteger a los trabajadores de la salud”, dijo Curtis. “Y habrá una necesidad particular de reducir la cantidad de tiempo que nuestros trabajadores de salud están ausentes”.
Con información de AFP
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