Luego de doce horas de debate, en una sesión histórica, el Senado nacional convirtió en ley el proyecto que legaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación. La sanción tuvo más votos a favor de los esperados durante los últimos días: 38 senadores, entre peronistas, radicales y del PRO. Del otro lado, tuvo 29 en contra, también con un corte igual de transversal, además de una abstención. De todos modos, fue el Frente de Todos el que más votos aportó, aunque uno de sus máximos adversarios fue el jefe del bloque, José Mayans. Hubo dos ausencias que también restaron votos ‘celestes’: el ex gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, y la senadora riojana Blanca Vega. La abstención de Guillermo Snopek, peronista de Jujuy, también se descontó a ese sector.
Por primera vez desde que Cristina Fernández es vicepresidenta, su hijo Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados del Frente de Todos, atravesó el Palacio Legislativo y siguió el tramo final de una sesión, en este caso los discursos de cierre y la votación de la interrupción voluntaria del embarazo junto con Sergio Massa, presidente de la cámara de Diputados. La titular del cuerpo se había retirado temprano y le dejó su lugar a Claudia Ledesma Abdala, a Martín Lousteau y a Laura Rodríguez Machado. Volvió para los últimos discursos de cierre, uno celeste y uno verde por cada bloque y para la votación que determinó la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo por un margen mucho mayor del que se preveía.
La sesión se desarrolló sin sobresaltos, a pesar del enojo de Silvia Elías de Pérez, que viajó desde Tucumán, se vistió completamente de celeste y convocó a judicializar la ley. Hubo respeto en los discursos, que no tuvieron exabruptos ni duros epítetos. Desde un palco también siguieron los discursos la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; la viceministra de Salud, Carla Vizzotti; la asesora presidencial Dora Barrancos; la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que fue la redactora del proyecto del Gobierno consensuado con senadores y diputados, y Malena Galmarini, presidenta de AySA. Hubo también varias diputadas impulsoras de la ley, todas con algo verde o vestidas de ese color.
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