Ataques rusos contra golpeada ciudad de Mikolaiv alcanzaron al menos dos hospitales, según Médicos sin Fronteras (MSF). Una instalación petrolera fue alcanzada también en Novomoskovsk, región de Dnipropetrovsk.
El equipo de cuatro personas de MSF, que se había desplazado desde su base en Odesa, se encontraba en Mikoláiv porque colabora con una organización local, explicó una portavoz de la organización humanitaria. Según su testimonio, hacia las 15:30 horas locales, cuando entraban en el hospital oncológico que se ocupa de los heridos, los alrededores del centro recibieron un bombardeo.
En un comunicado, el jefe de la misión de MSF en Ucrania, Michel Olivier Lacharité, contó que en una decena de minutos su personal pudo presenciar varias explosiones. Al salir, vieron heridos “y al menos un cadáver”, añadió Lacharité, que reconoció no poder dar el número exacto de víctimas.
Los miembros del equipo de la ONG se pusieron a resguardo. Las ventanas de su vehículo, que estaba aparcado delante de la entrada del hospital, se reventaron a causa de las deflagraciones.
Además, los ataques también alcanzaron el hospital pediátrico, que se encuentra a unos 300 metros y los trabajadores humanitarios observaron pequeños agujeros en el suelo en una amplia superficie, lo que les hizo pensar que se habían podido utilizar bombas de fragmentación. Este armamento está prohibido desde 2010 por una convención internacional, pero potencias como Rusia, Estados Unidos o China no la han ratificado.
El jefe de la misión denunció que “bombardear una zona tan amplia en un barrio residencial por la tarde no puede más que causar víctimas civiles y afectar a edificios públicos”. Además, recordó que el domingo también fue bombardeado el hospital número 5, al sur de Mikoláiv, el tercero en dos días. Y pidió que ni los hospitales, ni los pacientes ni el personal médico sean objetivos militares.
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