El gobierno de Vladimir Putin respaldó las viciadas elecciones en Nicaragua, donde Daniel Ortega consiguió un nuevo mandato luego de encarcelar a los principales precandidatos de la oposición.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, destacó que el proceso se celebró de forma “organizada” y en línea con las normas locales.
“Enviamos a observadores (…) y, de acuerdo con su testimonio, los comicios se celebraron de forma organizada y con el cumplimiento de la legislación nicaragüense, las reglas epidémicas impuestas por la covid-19 y una significativa participación ciudadana”, dijo Lavrov en una rueda de prensa conjunta con su homólogo de Venezuela, Félix Plasencia.
Ello pese a que las estimaciones privadas señalaron que solo participó el 15% del padrón. A su vez, el organismo electoral reportó una cifra de 65%.
Lavrov agregó que las elecciones se celebraron en medio de “presiones sin precedentes” sobre las autoridades de Nicaragua y que EEUU comenzó una campaña para evitar el reconocimiento de sus resultados. “Solo el pueblo de Nicaragua tiene derecho a decidir sobre la legitimidad de los procesos electorales en su país”, dijo el canciller.
El jefe de la diplomacia rusa agregó que las presiones sobre Nicaragua “no comenzaron ahora”, sino que se remontan a 2018. “Y, lamentablemente, los intentos de derrocar al Gobierno continúan y no se maquillan”, aseveró.Un hombre camina junto a una pancarta que representa al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y a la vicepresidenta, Rosario Murillo (Reuters)
Daniel Ortega fue reelegido con el 74,99 % de los votos, según el primer reporte con casi el 50% del escrutinio. ASí, podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y Centroamérica.
Gran parte de la comunidad internacional ha rechazado con contundencia el proceso electoral. La Unión Europea expresó que “carece de legitimidad”, mientra que Joe Biden, presidente estadounidense, indicó que Ortega y Rosario Murillo “orquestaron una pantomina de elecciones que no fueron ni libres ni justas”.
No fue el caso de Evo Morales, aliado ideológico del sandinismo, quien habló de “coraje” y de “madurez democrática”.
(Con información de EFE)
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