La ex ministra de Salud, Roxana Araujo dijo a STN que Honduras podría llegar a finales de mayo o principios de junio al pico máximo del coronavirus, aunque es imposible predecir cuándo.
Las aseveraciones de la especialista se argumentan en que Honduras va atrasada respecto al manejo de la enfermedad, primero porque el caso cero fue confirmado un mes después.
Asimismo, las pruebas masivas no se realizaron desde el inicio para determinar la situación real con respecto a esta enfermedad que vive el país.
“Recordemos que esta es una enfermedad nueva. Todos aprendemos. Nos ha tomado por sorpresa”, mencionó la doctora Araujo.
Es por eso que reconoció que las proyecciones que se han hecho son con base en los datos estadísticos de otros países. “Las comparaciones son difíciles porque todos están haciendo poco o mucho con respecto a la incidencia de esta enfermedad”.
Masificación de las muestras
Seguidamente mencionó que cuando se presentaron los primeros casos de esta enfermedad era el momento de masificar las muestras, para lograr realmente la identificación de las personas contagiadas.
Pese a esto, comentó que a Honduras le ha tocado una realidad diferente de Italia, España y los otros países, porque pese a los aciertos y errores se ha conseguido que no se salga, aunque esto ha sido gradual.
En Honduras el aislamiento no ha sido total, es parcial. Esto permite que el sistema sanitario no colapse simultáneamente, aunque esta medida no es la adecuada.
Los asintomáticos
Por otro lado, reveló que el gran problema al que se han enfrentado las autoridades sanitarias es la presencia de asintomáticos, cuya cifra oscila actualmente entre 12 y 15 por ciento.
Estas personas resultaron positivas, pero no necesariamente tienen los síntomas conocidos para esta enfermedad.
“Es muy difícil para la mayoría de los epidemiólogos poder predecir cuándo será el pico de esta enfermedad. “Nosotros decíamos que a finales de mayo o las primeras semanas de junio, pero es imposible predecir”, reiteró.
La apertura inteligente de la economía
Hasta ahora se ha hecho una apertura inteligente y gradual de la economía, el sector financiero, alimentos, gasolineras, farmacias, ferreterías.
Sin embargo, considera que el mayor problema se ha visto en el dilema de los empleados de la empresa privada, porque tienen que decidir sobre el confinamiento y perder el trabajo o confiarse y seguir trabajando.
Araujo aseveró que el hecho de ofrecerles a estos empleados un bono de sus propias aportaciones del RAP, no es factible para unos y para otros sí.
“Debió haber otro tipo de negociación en el sentido que a pesar de todo, no quedarán desempleados. Más de 150 mil personas han sido suspendidas de sus puestos de trabajo”, finalizó diciendo.
COMENTARIOS