Tegucigalpa, 1 de diciembre. El ministro de Educación, Arnaldo Bueso, anunció que el retorno seguro a clases en el sistema público sería presencial y virtual a partir de febrero del próximo año.
El gobierno suspendió las clases presenciales luego que se declaró la emergencia nacional como producto de la presencia en el país del COVID-19 en marzo anterior, el cual ha causado la muerte de 2,918 personas hasta ahora.
El funcionario dijo que “hemos estado trabajando arduamente porque nunca nos imaginamos embates de esta naturaleza causados por el COVID-19 y después con los golpes de las tormentas Iota y Eta que han dejado tanto dolor y pérdidas en la población”.
En ese sentido, detalló que hay “unos 10,000 estudiantes de 14 departamentos del país que han sido afectados por las dos tormentas y la mayoría de ellos se encuentran en albergues”.
“Además de ello, tenemos 534 centros educativos que fueron dañados por esos dos fenómenos naturales, esos son elementos que no estaban en consideración durante la emergencia de los últimos meses que hemos vivido como producto de la pandemia”, puntualizó.
“Eso hace que tenemos que revisar y restructurar nuestra estrategia para saber cómo atender de la mejor manera a nuestros educandos”, dijo Bueso, tras señalar que “desde hace unos meses han puesto en marcha las clases en más de 132 canales de televisión y la radio, además de las plataformas virtuales”.
Paliativo
“Eso ha sido como un paliativo, porque sabemos que nada puede sustituir a las clases presenciales, donde está el maestro frente a sus alumnos, pero esa es la alternativa que tenemos”, dijo.
“Ante esa situación, nosotros hemos diseñado una estrategia que le llamamos “El retorno seguro a clases” que implica un mecanismo de regreso, pero ya no como antes, sino que un tanto diferenciado”, indicó.
“Tenemos que dividir en varios grupos un aula de clases, ya que no podemos tener el mismo número de estudiantes y agruparlos por días. Unos alumnos se retiran a sus casas con tareas, después lo hacen los otros y así sucesivamente”, sostuvo.
“Todo ese proceso, se hará bajo un estricto mecanismo de bioseguridad y estamos trabajando para considerar la posibilidad de ponerlo en marcha en febrero próximo con el nuevo año lectivo”, afirmó.
“Pero las clases estrictamente presenciales se iniciarán una vez que baje la curva del COVID-19 o cuando lo autorice el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), mientras tanto, nosotros iniciaremos algunos pilotajes en el área rural donde la incidencia de la enfermedad no sea muy marcada”, finalizó.
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