Reflejos
Dicen que la brisa lo vio partir,
dicen que la luz lo vio fluir,
y es que es todo un mar sin fin.
De pronto, todo se esfugó,
y nacieron los disturbios sin fin,
para no dormir, ni dejarse ir.
Cómo un roble bajo el sol,
se sostiene para no caer;
caen hojas sin parar,
y crecen nuevas para llenar.
Hay vientos sin parar,
y llega agua para lavar,
tira semillas hasta al final,
para que crezcan sin parar.
Verónica Bertrand- junio de 2020.
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