Joan Miró, fue un artista catalán que ganó fama gracias a sus pinturas abstractas y su paleta de colores primarios, a él se le considera como uno de los máximos representantes del surrealismo.
Miró contaba con mucho talento e incursionó en una gran cantidad de medios, como la pintura, la escultura, la cerámica y el arte textil.
Biografía
Joan Miró i Ferrá es el nombre completo del artista que nació el 20 de abril de 1893 en la ciudad de Barcelona. Estudió comercio por deseo de su padre y trabajó algunos años como empleado en una droguería.
Sin embargo, estaba decidido a convertirse en artista, por lo que eventualmente ingresó a la academia de arte dirigida por el pintor Francesc d’Assís Galí. Posteriormente viajó a París en 1920 y ahí comenzó a realizar importantes obras como La masía, una de sus pinturas más reconocidas.
La masía
Pintado entre 1921 y 1922, este cuadro retrata la granja familiar de Miró en Montroig, donde el artista solía pasar los veranos. Se trata de una escena de campo.
Le tomó nueve meses terminar esta pintura.
Sépalo
Miró consideraba esta pintura una pieza clave de su obra, y la describió como “el resumen de toda su vida (espiritual y poética) en el campo”.
La masía eventualmente sería adquirida por el autor estadounidense Ernest Hemingway, quien se la dio a su esposa como regalo.
Época surrealista
Su incursión en el surrealismo fue cuando se casó con su esposa Pilar Juncosa en 1929, Miró en la ciudad de París se familiarizó con un grupo surrealista francés y en esa época, el pintor se alejó del detallismo de sus obras pasadas y comenzó a enfocarse en el subconsciente y en lo onírico, buscando la automatización de la pintura.
Reportes de su vida cuentan que el trabajo de Miró se hizo cada vez más abstracto y de cierta manera, infantil; el artista comenzó a utilizar formas simples en sus cuadros y redujo su paleta de colores a colores primarios, una estética que favorecería por el resto de su vida.
En 1939, a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, Miró huyó de París con su familia y se instaló en la comuna de Varengeville-sur-Mer, en Normandía. Fue ahí que inició una serie de 23 pinturas hechas sobre papel llamada Constelaciones.
Como su nombre lo indica, las Constelaciones de Miró retratan la belleza del cielo nocturno a través de un laberinto de líneas negras.
Para finales de 1940 comenzó a experimentar con el trabajo en cerámica y con las esculturas de bronce, llegando a producir dos murales de cerámica para el Museo Guggenheim de Nueva York y la UNESCO en París.
Posteriormente pintó su obra llamada Mayo 1968, una pintura que hizo en apoyo a las revueltas estudiantiles que ocurrieron en Francia en ese año.
La pintura fue hecha entre salpicaduras negras y manchas de color, con esto Miró retractó el tumulto político y el espíritu revolucionario de los estudiantes.
Actualmente las obras y el espíritu de Miró sigue presente, la Fundación Joan Miró en Barcelona y en Mallorca se han encargado en mantener viva su memoria.
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