Cuando hablamos de personas no binaries y lo términos que existen debajo de este propio termino paraguas, se puede volver algo complicado para algunas personas. Esto se puede deber a que la terminología es relativamente nueva. Sin embargo, las personas no binaries existen desde siempre, la diferencia y lo bonito de este tiempo en el que vivimos es que tenemos términos que visibilizan a este colectivo de personas; en comparación a antes.
La idea de que el género es un espectro se basa en dos creencias ampliamente aceptadas: la precedencia histórica y la biología básica. Desde les hijras en la India, pasando por las muxes en Mexico, hasta les māhūs en Hawai, siempre ha habido personas cuyo género no encaja en el estereotipo de lo que significa ser un hombre o una mujer. Estos ejemplos de género no binario e inconformista a lo largo de la historia del mundo han sentado una base importante para la forma en que entendemos la identidad de género hoy en día.
Identificarse con el género no binario significa no reconocerse en la distinción tradicional entre hombre y mujer. Quienes viven esta identidad no se sienten exclusivamente hombre o mujer, sino que pueden ser percibidos como ambos, una combinación de los dos, o directamente «otros».
Lo que es más, el sexo no siempre es binario, ni siquiera a nivel biológico. Una de cada 2000 personas nace con una condición intersexual. La intersexualidad se utiliza para describir a las personas que tienen cromosomas, anatomía u otras características sexuales que no se pueden clasificar como exclusivamente masculinas o femeninas.
La noción de que tanto el sexo como el género son binarios (con todos encajando en una categoría masculina o femenina) es un constructo social. Este sistema se ha utilizado históricamente para diferenciar entre los rasgos biológicos y los relacionados con el género en hombres y mujeres.
Con esto no queremos decir que la idea de que hay un macho y una hembra es falsa, sino que simplemente está incompleta. Muchas personas, intersexuales o no, tienen una mezcla de rasgos biológicos o expresiones de género que se sale del esquema de lo masculino o femenino. Las personas no binarias pueden identificarse como de género fluido, agénero (sin género), de tercer género o algo completamente distinto.
Si bien la cultura patriarcal (muy presente en Latinoamérica) puede reforzar la noción de que el género existe como un binario estricto, sabemos que hay mucho más. Las personas no binarias nos muestran cada día que conocerse a sí mismes y su identidad es algo poderoso que nadie les puede quitar. Hay mucho trabajo por hacer para asegurar la plena protección y los derechos de las personas no binarias, pero en medio de ese trabajo debemos tomarnos un tiempo para celebrarlo también y conocer un poco más acerca de esta identidad.
Las identidades no binarias.
Ser no binarie es tanto una identidad de género como un término para describir identidades de género que no sean estrictamente masculinas o femeninas. Si bien hay muchos tipos de géneros no binarios, algunos se discuten más comúnmente que otros. Entre ellos se incluyen:
- Agénero: No tener una identidad de género específica o tener una identidad de género que es neutral. A veces se usa indistintamente con género neutral, sin género o neutro.
- Bigénero: Tener dos identidades o expresiones de género distintas, ya sea simultáneamente, en diferentes momentos o en diferentes situaciones.
- Género fluido: Moverse entre dos o más identidades o expresiones de género.
- Genderqueer: Un término general para personas con identidades de género no binarias.
- No binario: El término que abarca todas las identidades y expresiones de género fuera del binario de género. También conocido como NB, enby o enebé.
- Tercer género: Tener una identidad o expresión de género que no está definida en términos de las opciones binarias (masculino/femenino). También puede ser referido como tercer sexo u otro género.
Aunque hay definiciones para cada uno de estos términos, muchos se superponen o tienen diferencias sutiles, y su significado también puede variar enormemente entre culturas y regiones geográficas. Por eso es imperativo preguntar a la persona que usa algún identificador qué significa para elles.
La importancia de los pronombres
Una de las partes más importantes de la identidad no binaria es la identificación de cada persona con un pronombre que no caiga en el binario de género masculino y femenino. Si bien en inglés, por ejemplo, esto es más fácil debido a la existencia de pronombres neutros como they, en nuestro idioma las cosas se complican ya que todas las palabras tienen género masculino y femenino; y la RAE parece resistirse a cualquier intento de eliminar el androcentrismo del idioma, en el que el plural siempre se refiere a lo masculino.
Aunque de manera escrita muchos utilizan la arroba “@” o la “x” para sustituir el género de una palabra (como amig@s o amigxs), lo cierto es que al momento de pronunciar nos encontramos con el mismo problema. Por ello, desde hace algún tiempo para acá se está utilizando a la letra e para formar parte de ese género gramatical neutro, en el que las palabras terminan en e en vez de a o de o. De esta manera, las frases cambian: esa persona que no sabes si es de género neutro pasa a ser elle, y su pareja, es su novie.
Le doctore Kirby Conrod es une lingüista que trabaja para la Universidad de Washington y se centra en los pronombres, explica que:“Como lingüista, diría que el lenguaje va a cambiar participes o no de ese cambio”. Agrega, “El uso singular de they o elle no binarios ya se encuentra muy inmerso en ese cambio continuo de la lengua, y tú eres quien decide si es una parte del idioma a la que quieres acceder; pero a su vez no puedes tomar la decisión por ninguna otra persona o quejarte cuando otros hablantes a tu alrededor sigan adelante sin ti”. Así que, si el cambio es inevitable y es importante acertar con los pronombres, ¿cómo hacerlo mejor en lo que a su uso se refiere? “Práctica”, dice Kirby, “y ser cortés y amable cuando te corrijan”.
“Si utilizas los pronombres incorrectos con alguien, se trata de algo muy similar a utilizar un nombre incorrecto – no es ilegal, pero ciertamente tienen derecho a sentirse herides. Hacer elecciones sensibles y proactivas con respecto a los pronombres es una buena manera de demostrarle a alguien que le valoras como persona”.
Así que incorporar este lenguaje a nuestro vocabulario es una oportunidad de hacer una exploración personal sobre las suposiciones que hacemos en torno a la gente y su género. Al final, se trata también de respeto y de validar las identidades de género distintas a la nuestra.
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