La positividad tóxica, según los expertos es autoimponernos una actitud falsamente positiva, sobregeneralizando un estado feliz y optimista sea cual sea la situación, y silenciando nuestras emociones negativas.
Es decir cuando estamos bajos de ánimo, nos planteamos que debemos tener una actitud positiva y según los psicólogos esa positividad puede ser tóxica.
Para puntualizar, la positividad tóxica suele ocurrir cuando se pierde un trabajo o te va mal en un examen, en ese momento tus amigos te dicen “Todo va a salir bien”. “Esto pasará pronto”, a esto los expertos en salud mental les han puesto el nombre de positividad tóxica.
A veces nos permitimos únicamente expresiones positivas y negar constantemente todo lo negativo que sentimos en situaciones difíciles es agotador.
Los expertos creen que es importante también diferenciar la positividad tóxica de la psicología positiva.
Según el psicólogo estadounidense, Martin Seligman, el pesimista no nace, sino que se hace y de esta manera podemos combatir el pesimismo y transformar nuestros pensamientos negativos en otros más positivos.
«El concepto de psicología positiva se ha distorsionado un poco con el paso del tiempo», dice en su libro The optimistic child (Niños optimistas, 1995) Antonio Rodellar.
«Enfocarse en los aspectos positivos de las diferentes situaciones que van ocurriendo en la vida puede ser terapéutico y constructivo. El problema es que llevado al extremo puede generar una baja capacidad de afrontar situaciones negativas», sentenció Rodellar.
Como afrontar esta situación
La terapeuta Laura Lee Townsend, dice que:
“Cuando compartimos con otros nuestras tristezas, nuestros miedos y nuestras frustraciones, esa interacción crea sentimientos de conexión. Y ese sentimiento de conexión, de ser escuchado y ser comprendido, reduce los sentimientos negativos”.
Reconocer y observar las emociones negativas, paradójicamente, ayuda a enfrentarlas y dejarlas atrás.
“Sentirte escuchado por los demás es uno de los antídotos más poderosos contra la depresión y la ansiedad, mientras que el aislamiento agrava los problemas emocionales. A menudo, ocultar o negar ciertos estados de ánimo provoca más estrés y emociones negativas”. concluyó.
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