Igualdad de género no es un termino nuevo, es posible que ya lo hayas escuchado – y lastimosamente- que se sigue luchando por alcanzar. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo define como la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades entre mujeres, hombres, niñas y niños. Es la igualdad de trato entre mujeres y hombres en las leyes y políticas, e igual acceso a recursos y servicios dentro de las familias, las comunidades y la sociedad en general.
Es un tema que lleva décadas desarrollándose, por lo que hoy en día se han creado varias leyes dedicadas a la igualdad de los derechos de las mujeres, que hemos visto el poder y los cambios creados por movimientos feministas y que la gran mayoría comparten una mentalidad más abierta respecto a la igualdad de genero – esto pintando un paisaje bonito en Honduras- ¿por qué entonces sigue existiendo tanta discriminación, violencia y desigualdad en general?
Las mujeres siguen ganando en todo el mundo un 24% menos que los hombres en el mercado de trabajo. A pesar de que ambos tienen los mismos requisitos y experiencias laborales. En posiciones del gobierno los rangos altos siguen siendo ocupados mayormente por hombres. En Honduras, hasta el 31 de agosto de 2020, se registraron 163 muertes violentas de mujeres, según el Centro de Derechos de Mujeres (CDM).
Es tan grande la brecha de desigualdad y el alcance de los problemas que acompañan este tema que conseguir la igualdad de género se ha convertido en el quinto objetivo, de los 17, en el programa para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas. Las cuales pretenden transformar y el mundo en un lugar más justo para todas y todos. Es tan importante que a pesar de tener su propio apartado se trabaja transversalmente, porque para poder cumplir los objetivos de desarrollo sostenible es necesario lograr la igualdad de género.
¿Cómo afecta la desigualdad de género a las mujeres?
Las mujeres y las niñas representan la mitad de la población mundial y también, por tanto, la mitad de su potencial. Sin embargo, la desigualdad de género persiste hoy en todo el mundo y provoca el estancamiento del progreso social. Las desigualdades a las que se enfrentan las niñas puedan empezar en el momento de su nacimiento y perseguirles durante toda su vida.
- Las desventajas en materia de educación se traducen en falta de capacitación y, por tanto, de oportunidades para acceder al mercado de trabajo.
- La falta de trabajo y oportunidades crea un deficit en asistencia sanitaria o a una nutrición adecuada, lo que conlleva una mayor tasa de mortalidad.
- El matrimonio infantil afecta a las niñas mucho más que a los niños.
- La mortalidad materna está entre las causas principales de mortalidad de las mujeres entre 15 y 24 años.
- El 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual a manos de sus parejas o a manos de otras personas.
¿Qué podemos hacer para solucionar estas cuestiones?
Para empezar hay que tener en cuenta que si bien es cierto la desigualdad de genero afecta más a las mujeres que a los hombres, las normas de género también afectan a los niños y los hombres, sobre todo, porque la desigualdad de género permea todos los niveles; se hace presente en las relaciones personales, familiares y sociales, pero también en las instituciones y en las políticas públicas. Además ejercen influencia en cómo esta información se transfiere de una generación a la otra.
Hablar de desigualdad de género nunca se refiere a una lucha entre géneros, se trata de conformar equipos y responsabilidad social. No podemos quedarnos de brazos cruzados esperando a que los gobiernos promuevan políticas públicas que transformen las dinámicas de poder y las relaciones desiguales de género. Para lograr cambios significativos en materia de igualdad de género es necesario aumentar la sensibilización y fomentar un cambio de conducta. Es entender que el cambio empieza desde el núcleo de la sociedad, las familias y erradicar esta visón y costumbres machistas.
No solo es el abrir más espacios y oportunidades para las mujeres. Es que una mujer después de trabajar las mismas horas laborales no deba de llagar a casa y realizar una doble jornada porque ella es «la responsable de los quehaceres» porque el hombre – si es que se encuentra en la imagen- solo se encarga de los cargos financieros. Es comprender que ambos merecen respeto, comprensión y la misma cantidad de ayuda. Comprender que los hombres deben compartir sus sentimientos y que esto no es una señal de debilidad. Es romper los esquemas de la masculinidad toxica.
A todo mundo le causa ruido decir Presidenta en vez de Presidente, pero nadie tiene conflicto en decir ama de casa.
La esperanza esta depositada en estas generaciones que se están formando ahorita, si. Esto no quiere decir que todos debemos actuar desde ahorita, cambiar estas costumbres y acelerar el proceso para un bienestar colectivo. Empezar es tan fácil como pensar antes de hablar y recordar que merecemos los mismos derechos sin importar el genero, sexo, raza o estatus social.
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