Tegucigalpa, 3 de septiembre. La pandemia está teniendo un impacto en el flujo migratorio a nivel mundial y es necesario trabajar de forma conjunta para velar por los derechos de la población migrante que es altamente vulnerable, declaró hoy la primera dama, Ana García de Hernández.
La esposa del presidente Juan Orlando Hernández declaró que durante la II Conferencia Internacional de Migración, que se desarrolló esta semana con la participación de 16 países del continente, se abordaron los nuevos retos a los que se están enfrentando los migrantes y la necesidad de establecer acciones conjuntas que permitan atender este fenómeno en la nueva realidad.
Esta pandemia ha venido a afectar mucho la movilidad, no sólo de los migrantes irregulares, sino también de los regulares y de muchas personas que en otros países se quedaron varadas ante el cierre de fronteras, indicó.
“Estamos viviendo un momento complejo en toda la historia del mundo y es donde cada país debe hacer su máximo esfuerzo para proteger los derechos humanos de todas las personas en general y en lo particular con la población migrante que son altamente vulnerables poder mantener una vigilancia sobre ellos”, manifestó.
Lo que los migrantes están enfrentando es una situación muy difícil. No hay que satanizar a los migrantes, ellos no son delincuentes, son personas que tienen sueños, aspiraciones y que son las circunstancias que los han obligado a salir del país, afirmó.
De norte a sur
García de Hernández declaró que a raíz de la pandemia el flujo migratorio ha tenido un comportamiento a la inversa, ya que se ven personas viajando de norte a sur y no hacia los Estados Unidos, como ha sucedido históricamente.
“Normalmente el flujo migratorio ha sido de Centroamérica hacia Estados Unidos y México; sin embargo, desde que comenzó la pandemia este tuvo un cambio con migrantes viajando de norte a sur”, expresó.
Aseguró que en ese sentido las autoridades hondureñas implementaron acciones necesarias para atender el retorno de muchos hondureños que de manera voluntaria pidieron ser asistidos a sus retornos, lo que incluyó la coordinación de vuelos, instalación de Centros de Aislamiento Temporal para que pudieran cumplir la cuarentena y el retorno a sus comunidades.
Asimismo, al ser Honduras un país de tránsito de ciudadanos de otros países se ha tenido que habilitar espacios para brindarles una atención digna a estas personas, en su mayoría haitianos, que quedaron varadas en el país, agregó.
Reducción
De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional de Migración (INM), se reporta una disminución del 83% en los retornos, lo que significa que son menos los hondureños que han salido, informó.
En 2019 tuvimos 185 mil personas retornadas y en este año hasta el mes de julio habían retornado 24,345, lo que representa una reducción significativa de retornados al país, explicó.
“De igual manera vemos una reducción significativa en la información que se nos proporciona desde Estados Unidos, con una disminución de flujos de entrada en la frontera estadounidense”, expresó.
Al mes de enero las autoridades migratorias de los Estados Unidos habían aprehendido a 2.894 compatriotas en total, incluyendo menores no acompañados, menores acompañados y adultos.
La primera dama recordó que la situación migratoria ha sido una realidad en la región centroamericana a lo largo de la historia, y en los últimos años se ha observado un flujo migratorio muy activo de personas saliendo del país.
Recordó que en 2014 se presentó la crisis migratoria de niños no acompañados viajando a los Estados Unidos y que una de las principales causas que aquejaba a toda la región centroamericana era la violencia.
Sin embargo, como resultado de las acciones implementadas por el Gobierno de Honduras en la lucha contra el crimen organizado, la violencia ahora ocupa el tercer lugar como causa de la migración después de aspectos económicos y de reunificación familiar, dijo.
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