TOKIO. El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, anunció hoy que no buscará la reelección cuando su partido elija este mes a su líder, lo que pone fin a su mandato después de apenas un año, y en momentos en que los índices de aprobación del gobierno están en su nivel más bajo por el manejo de la pandemia.
Suga dijo en declaraciones a la prensa que inicialmente tenía previsto presentarse a los comicios del 29 de septiembre para dirigir el Partido Liberal Democrático (PLD), pero remarcó que liderar la respuesta del país a la pandemia y hacer campaña al mismo tiempo dividió sus energías.
“He decidido no postularme a las elecciones para liderar el partido ya que me gustaría centrarme en las medidas contra el coronavirus”, dijo Suga después de que se conociera la noticia. “Como he dicho repetidamente a la gente, proteger la vida y la salud de la población es mi responsabilidad como primer ministro, y a eso es a lo que me dedicaré”.
El dirigente enfrentó críticas y su apoyo público cayó en picada por una respuesta a la pandemia considerada demasiado lenta, y por celebrar los Juegos Olímpicos a pesar de las preocupaciones sobre el impacto sanitario.
Toshihiro Nikai, secretario general del oficialista Partido Liberal Democrático (PLD), fue el primero en dar a conocer la inesperada noticia tras una reunión partidaria. “Honestamente me sorprende, es muy lamentable pero después de un cuidadoso examen, tomó su decisión”, dijo.
El jefe de gobierno no había dado indicios de sus planes de dejar el cargo después apenas un año en el poder, que asumió en septiembre de 2020 tras la renuncia del entonces primer ministro Shinzo Abe, por motivos de salud.
Líder impopular
Se esperaba que Suga, de 72 años, buscara la reelección como líder del PLD, en una votación prevista para el 29 de septiembre, y lo único que se especulaba es cuándo llamaría a una elección general.
Los comicios generales deben ser convocados para finales de octubre, y se prevé que el PLD continúe en el poder aunque pierda escaños en el parlamento debido a la impopularidad de Suga.
Una encuesta de la agencia noticiosa Kyodo reveló en agosto que su gobierno tiene un respaldo de apenas un 31,8%.
Su salida podría ser bien recibida en privado por algunos miembros de su partido, dijo Tomoaki Iwai, profesor de política en la Universidad Nihon. “Para los legisladores del PLD es un alivio que no tengan que disputar las elecciones generales bajo un primer ministro impopular”, dijo.
El manejo de la pandemia golpeó la imagen del gobierno de Suga en momentos que Japón enfrenta su quinta ola de contagios del virus mientras intensifica su campaña de vacunación, que comenzó lentamente. Gran parte del país está bajo medidas restrictivas para contener el virus, y algunas ciudades han padecido estas restricciones casi todo el año sin lograr frenar un brote provocado por la contagiosa variante delta.
El ascenso de Suga al poder un año atrás fue el punto culminante de su larga carrera política. Antes se había desempeñado como jefe del gabinete, y se hizo conocido por usar su poder para controlar la extensa y poderosa burocracia japonesa.
Hijo de un productor de fruta y una maestra, Suga fue criado en la zona rural de Akita en el norte de Japón, y pagó sus estudios trabajando en una fábrica después de mudarse a Tokio. Ganó su primera elección en 1987 como miembro de la asamblea municipal de Yokohama, en las afueras de Tokio, y llegó al parlamento en 1996.
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