Reality Shows, los amamos, los odiamos… odiamos que los amamos, sin embargo, lo seguimos viendo. Sí, todos somos un poco más adictos de lo que nos gustaría admitir … y definitivamente se nota.
La oferta de “reality shows” es un amplio abanico que inunda gran parte del contenido televisivo. Ya son parte de nuestra cultura y ocio e, incluso, podemos llegar a crear lazos de unión o crear enemistades por seguir uno en concreto o diferencias a la hora de apoyar a una u otra de las de las personas que aparecen en ellos.
Entonces, ¿cómo llegamos aquí?
Antes de ver algunas de las razones por la que nos gusta tanto este formato, retrocedamos en el tiempo para comprender cómo llegamos a este punto. Antes de que Kendall y Kim estuvieran el los televisores de nuestra casa, salió al aire un programa producido por MTv en 1992. The Real World, es un show en el que los productores de MTv decidieron tener a 7 adultos jóvenes, todos desconocidos, viviendo juntos en un apartamento por 3 meses y ver que pasa. Creo que es fácil imaginarse que pasó.
Este show fue básicamente el primer Reality Show moderno. Por supuesto que antes de esta serie, existían otros con este tipo de formato ‘real’, pero que mantenían un guion. The Real World era la primera vez que gente ordinaria estaba siendo representada por si misma, no como un personaje estructurado y que el formato de la historia eran su vida cotidiana y normal. Dejando de lado el drama generado en la serie, este pequeño experimento social de MTv, creo visibilidad que las personas, que no se estaban obteniendo en la cultura pop. En la tercera temporada uno de los jóvenes llamado Pedro, revelo que era VIH positivo, que para la época de 1994 se convirtió en un gran evento cultural.
Así que The Real World fue el show que fundo este marco o formato de trabajo, y que de verdad cambio el juego para los ‘reality shows’. Pero fue hasta que apareció Survivor que se convirtió en un fenómeno legitimo. Más de 50 millones de personas vieron el final de la primera temporada, lo único que supero ese ranking fue el super bowl, de ese mismo año. Survivor demostró que este formato era «el santo grial» en cuanto a rankings para las cadenas televisivas. Luego de esto todo mundo se quiso montar al tren y por eso es que hoy tenemos casi cualquier tema: de convivencia, de cocina, de música, de supervivencia, para encontrar el amor o para ponerlo a prueba, para mostrarnos cómo son las vidas de un determinado colectivo, etc.
Entonces ¿Por qué estamos tan obsesionados con los reality shows?
Según algunos psicólogos estos son algunos de los aspectos que logran que nos gusten tantos los reality shows:
Realización o cumplimiento de sueños.
Ver a gente ‘regular’ estando en shows, como por ejemplo American Idol, y luego convertirse en super estrellas. Además, juntando al público con un rol activo, otorgándoles un boto que afectara los resultados finales. Podemos pseudovivir la experiencia, las pruebas, el éxito,… a través de ellos, pero sin vernos forzados a esforzarnos para ello o experimentar desde nuestras pantallas qué pasaría si nos pusieran en esas circunstancias.
Relatividad
Es cierto que los reality’s pueden convertir a personas comunes y corrientes en super estrellas, pero también logra que miremos a las celebridades más ‘normales’. nos sentimos identificados o reflejados en ellos (efecto espejo). ¿Nos parecemos físicamente? ¿Hemos vivido vidas o experiencias parecidas? ¿Nos provocan compasión, pena y/o admiración? De repente, pueden convertirse en nuestro avatar dentro del concurso: sus éxitos y fracasos también son los nuestros.
Curiosidad
El ser humano en gran parte es un ser curioso por instinto primitivo y le gusta saber cómo viven los otros. Comparamos vidas, conocemos secretos ocultos,… podemos hurgar en la vida de desconocidos desde el salón. Puede ser simplemente por conocer información de los demás o como método de comparación con nuestras vidas y observar en qué difieren o se asemejan ¿otros viven como nosotros? ¿Somos “raros” o entramos en la “normalidad”?
Tan malo que es bueno
Parece ser que la principal razón por la que vemos este tipo de series es porque disfrutamos de ver a otras personas en situaciones humillantes o incomodas, porque de alguna manera nos hace sentir superior. Los “reality shows” buscan impactar a los televidentes, creando emociones desde la pantalla: amor, odio, euforia, rabia, frustración,… Las emociones venden y quien las provocan son las acciones de los participantes del programa, de ahí que sea tan importante la elección de los mismos.
Así que sin importar como nos sintamos con respecto a este genero, ha venido a crear un impacto y definitivamente no se ira a ningún lugar. Seguiremos viviendo con estas familias, comparándonos, cumpliendo los sueños juntos, y viviendo la realidad de las celebridades desde la comodidad de nuestras habitaciones.
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