Si bien la mayoría de los texanos tenían mucho de qué preocuparse con la tormenta helada de la semana pasada que provocó cortes de energía y problemas de agua, algunos, como Tania Delacruz, tuvieron un problema adicional: el covid-19.
Para Delacruz, comenzó con dolores corporales antes de la tormenta. Luego, en la noche más fría del sur de Texas, sus niveles de oxígeno bajaron a medida que subía su temperatura.
«Fue bastante malo, porque aunque tratas de cubrirte con todas las mantas que puedes encontrar, todavía tenía frío», le dijo a CNN desde su cama en el United Memorial Medical Center (UMMC) en Houston, adonde llegó la semana pasada.
Y cuanto más frío hacía, peor eran los ataques de tos, dijo.
Cornelio López se estaba recuperando del covid-19 en casa, con oxígeno, cuando se fue la electricidad y luego se agotaron las baterías de la máquina de oxígeno.
Sin oxígeno, simplemente se va al suelo, dijo López, quien es de Oaxaca, México, a CNN en español. Ahora se está recuperando en el UMMC.
La familia de Sandra Aguirre buscó calor en un hotel, mientras ella, enferma de covid-19, fue hospitalizada.
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